Esta mujer estuvo 20 años en la cárcel por la extraña muerte de sus cuatro bebés, pero unos científicos demostraron su inocencia al comprobar que murieron por una extraña mutación.
Kathleen Folbigg fue condenada hace 20 años por la muerte de sus cuatro hijos pero un tribunal decidió absolverla luego de que se comprobara su inocencia.
Esta mujer tuvo que cargar con el título de ser la supuesta «peor asesina serial y madre de Australia» por la forma como murieron sus hijos entre 1989 y 1999.
Los pequeños Caleb, Patrick, Sarah y Laura fallecieron repentinamente siendo tan solo unos bebés de entre 19 días y 18 meses.
Las autoridades decidieron acusarla porque supuestamente había asfixiado a los niños y en 2003 fue condenada a 40 años de cárcel.
A pesar de que no había una evidencia forense para comprobarlo, los fiscales usaron su diario para demostrar su supuesta culpa.
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Durante todos estos años Kathleen Folbigg luchó por demostrar su inocencia de un crimen que realmente no cometió y que la destruyó por completo.
«Por casi un cuarto de siglo enfrenté incredulidad y hostilidad. Sufrí abusos en todas sus formas», declaró Folbigg.
Esta madre siempre dijo que sus hijos habían muerto por causas naturales; pero lastimosamente no pudo demostrarlo durante todos estos años.
¿Cómo murieron los bebés?
La dolorosa historia de Kathleen inició el 20 de febrero de 1989 cuando descubrió que su bebé Caleb no respiraba
Esa noche le gritó a su marido Craig Folbigg lo que estaba ocurriendo pero lamentablemente el niño murió con tan solo 19 días de nacido.
Esta mujer nuevamente tuvo que enfrentar este dolor el 13 de febrero de 1991 cuando su hijo Patrick también falleció repentinamente; aunque el bebé había sido diagnosticado con daño cerebral, ceguera parcial y ataques epilépticos.
Como si se tratara de una maldición, esta familia tuvo que soportar una tercera muerte: su hija Sarah. La pequeña tenía diez meses y medio cuando la encontraron con la piel azul e inmóvil.
Seis años más tarde, el 1 de marzo de 1999, su cuarta hija, Laura, fallecía a los 18 meses después de que su madre la pusiera a dormir la siesta.
Las extrañas muertes dieron paso para que las autoridades la investigaran por infanticidios. En un principio se consideró que Caleb y Sarah tuvieron una muerte súbita; mientras que Patrick tenía el antecedente de los ataques de epilepsia.
Sin embargo, la causa de muerte de Laura fue «indeterminada» y esto generó muchas dudas sobre su responsabilidad.
Así demostró su inocencia
El caso de esta Kathleen Folbigg ha marcado a los australianos por la forma como fue condenada por la muerte de sus hijos.
Su familia y los abogados trataron incansablemente de demostrar su inocencia pero perdieron varios veces las demandas que buscaban anular sus condenas en los tribunales.
Fue hasta principios de este año cuando un estudio abrió una luz de esperanza para que esta madre demostrara que nunca cometió tal crimen.
De esta forma, una investigación científica apuntó a que los niños habrían muerto por una extraña mutación genética que provoca arritmias mortales.
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La Academia Australiana de las Ciencias terminó convirtiéndose en una gran defensora en este caso al demostrar inocencia de esta madre.
«Estoy agradecida de que los avances científicos y genéticos me dieran respuestas sobre cómo murieron mis hijos», dijo Kathleen Folbigg.
Luego de conocerse estos hallazgos, el gobernador de Nueva Gales del Sur firmó un indulto y ordenó la liberación de Kathleen.
Pero esto no anulaba las condenas y por eso sus abogados iniciaron un proceso para buscar que un tribunal analizara de nuevo los argumentos.
El caso ganó tanta relevancia mundial que cientos de científicos firmaron una carta en 2021 pidiéndole a las autoridades indultar y liberar a esta mujer que fue condenada injustamente por la muerte de sus hijos.
Fue así como el Tribunal de Apelación Penal del estado de Nueva Gales del Sur determinó que hubo una «duda razonable» que permitía anular las condenas contra esta madre.
«El sistema prefirió culparme en lugar de aceptar que a veces los niños pueden morir, y mueren, de forma repentina, inesperada y desgarradora», dijo Kathleen.
Fue así como la «peor madre de Australia» terminó siendo inocente y ahora espera que la justicia la indemnice al convertirse en uno de los mayores errores judiciales de la historia.
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