Un hombre que no sabía nadar sorprendió al tomar un kayak para empezar a rescatar a la gente en medio de las graves inundaciones que azotaron a Brasil.
Ivan Brizola sintió temor cuando sus amigos que trabajan en el sector de la seguridad le advirtieron que estaban corriendo un riesgo inminente ante las fuertes lluvias.
Este hombre de 59 años decidió llamar a todos sus amigos y familiares para informarles que se era posible que se presentaran graves inundaciones.
A pesar de no saber nadar y de nunca haber montado en un kayak, Ivan optó por pedir prestada esta embarcación para ir hasta la ciudad de Canoas, una de la más afectadas por las lluvias.
En una entrevista con la BBC Brasil, dijo que el agua se apoderó por completo de los barrios y en medio de la emergencia fue como aprendió a utilizar el kayak.
“Una cosa que debemos llevar en nuestro corazón, quienquiera que esté ayudando, es no deprimirnos ante la tragedia..Todo el mundo está muy, muy conmocionado», dijo.
Ivan aprendió kung fu y actualmente se dedica a adiestrar perros y ser profesor.
Durante el segundo día de emergencias, Ivan empezó a entender el riesgo que se estaba corriendo al ver que el agua había alcanzado unos 10 metros de profundidad superando la altura de los transformadores de luz.
Fue así como esto no le dio tiempo de tener miedo y deprimirse ante la tragedia. Se juntó con otros voluntarios y empezó a trasladar a decenas de personas que estaban atrapadas.
Su hijo, que también participó de esas labores de rescate, dijo que su padre habría ayudado a rescatar a unas 300 personas, sin contar animales, durante una semana.
“Me sorprendió un poco lo que podía hacer en el kayak”, aseguró este hombre próximo a cumplir 60 años y que ahora empezará a ser considerado como un adulto mayor.
De hecho, en la entrevista con la BBC reveló que abordo del kayak rescató a un hombre de 90 años que tiene Alzheimer.
Las cifra de muertes siguen aumentando y superaron los 100 fallecidos, más de 327000 personas sin hogar y afectaciones a 1.7 millones de personas en el estado de Rio Grande do Sul.
Lo cierto es que las imágenes de la devastación son desoladoras con casas, calles y edificios completamente destruidos y llenos de lodo y agua.
Los pronósticos de los meteorólogos y las autoridades no son los mejores porque las lluvias continuarán cayendo en esta zona.
Es así como las alertas siguen encendidas mientras millones de personas ven con preocupación su futuro y lo que encontrarán cuando el agua baje.
Ivan asegura que el trabajo solo está empezando y las labores de reconstrucción serán todavía más complejas. Aún así dice que está dispuesto a trabajar como voluntario para ayudar a otras personas que lo perdieron todo.
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