Se estima que cada año se sacrifican 35 millones de estos animales porque ni pueden poner huevos ni son rentables como pollos de carne
Cada año se sacrifican 35 millones pollitos macho nada más nacer. Esta práctica podría tener fecha de caducidad en España.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación está negociando con representantes de los productores de huevos y distribución una hoja de ruta que permita acabar con el sacrificio masivo de polluelos.
Esta práctica, que tiene plena legalidad en la UE, ya ha sido prohibida en países como Alemania, Italia y Suiza. En Francia, la prohibición entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2023, según anunció el Ministerio de Agricultura el pasado martes.
“Que esta negociación esté en marcha es normal porque la UE ha puesto el 2023 como fecha tope para esta práctica”, explica Yolanda Valbuena, abogada y vocal de la comisión de Protección de los Derechos de los Animales del ICAB. “Además, España es el país europeo que más denuncias acumula por cuestiones medioambientales y por maltrato animal, y tiene que subirse al carro”, añade.
Una decisión con precedentes
La matanza de los pollitos macho ha provocado innumerables denuncias por parte de colectivos defensores de los animales. Critican no solo que se sacrifiquen a estos animales recién nacidos y sanos, por no ser considerados rentables, sino también los métodos que emplean.
Para matar a estos animales se utilizan dos técnicas: mediante el triturado o a través de la asfixia con dióxido de carbono, que es el método más utilizado en España.
Valbuena recuerda que las crías macho de pollo no son las únicas que se sacrifican. Sucede lo mismo con las hembras de pato, porque la industria del ‘foie’ prefiere a los machos.
El dinero antes que el bienestar
Los productores explican que, de no sacrificar a estos polluelos macho, se verán obligados a alimentarlos y criarlos cuando económicamente no son rentables.
Entre las opciones que se barajan están la de enviar a los pollitos a engordar a otro país, con costes de producción y distribución más baratos. Otra opción sería explotar esas razas que estuvieran a medio camino entre la producción de huevos y la de carne, como se hace en muchas explotaciones rurales.
Para lograr esto último, la mejor opción que se propone es poder detectar el sexo del embrión antes de que el huevo eclosione. De esta manera, cuando se identifique un huevo macho se dejará de incubar para que sea consumido como huevo.
El inconveniente ligado a esta última opción es económico. La industria ya ha dicho que podría asumir este compromiso solo cuando la tecnología que permita sexarlos sea comercial y económicamente asumible.<
Además, alertan que esta técnica de alto coste tal vez podría ser utilizada por la gran industria, pero no estará al alcance de los pequeños productores. A su vez, advierten que este cambio podría repercutir en el precio final de los huevos.
¿Estarías dispuesto a pagar más sabiendo que ese huevo garantiza el bienestar animal y la sostenibilidad medioambiental?
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Batalla contra el desconocimiento
Cuando un pollito sale del huevo, tiene corazón, sistema nervioso y pulmones. Poco después del nacimiento, puede comer solo y seguir a su madre. Pero su madre no está, y se encuentra en una cinta mecánica con otros miles de pollitos hacia una muerte imminente.
La industria cría dos tipos de aves: ponedoras, que ponen huevos, y pollos de engorde, criados para matarlos y comerlos.
Los pollitos que nacen son separados por su sexo: las hembras son destinadas a la industria del huevo para convertirse en gallinas ponedoras. Los machos son triturados porque no resultan útiles para esta industria ni tampoco son válidos para la de la carne, ya que crecen más lentos y requieren más recursos económicos.
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Según explica PACMA, la normativa 1099/2009 de la UE, relativa al sacrificio de animales durante su matanza, establece que la trituración de pollitos es un método legal y permitido para el sacrificio de los “lotes” sobrantes de “polluelos de hasta 72 horas y huevos embrionados”.
De hecho, en este Reglamento se detalla concretamente en qué consiste el método mecánico de trituración. Se especifica que “este método triturará instantáneamente y matará de forma inmediata a los animales”. Para ello, “el aparato dispondrá de cuchillas trituradoras de rotación rápida accionadas mecánicamente, o de protuberancias de poliestireno”. Añade dicho apartado que “la capacidad del aparato deberá ser suficiente para matar instantáneamente a todos los animales, incluso si su número es elevado”.
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