El presidente de El Salvador adoptó una serie de medidas polémicas para frenar una ola de criminalidad supuestamente iniciada por las pandillas.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, advirtió a los integrantes de las pandillas MS13 y Barrio 18 que si los asesinatos en el país aumentan, los reos que presuntamente pertenecen a estos grupos delictivos se quedarán sin comer.
“Si desatan una ola de criminalidad, nosotros les quitamos la comida en las cárceles. Mejor esténse tranquilos y déjense arrestar, por lo menos allá adentro van a vivir y van a tener comida”, dijo Bukele en una graduación de policías y soldados de la Academia Nacional de Seguridad Pública.
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Desde el 27 de marzo, el país se encuentra en estado de excepción para enfrentar un aumento de homicidios atribuido a pandilleros. Esto implica suspender durante 30 días derechos constitucionales como la libertad de asociación y el derecho a una defensa patrocinada.
Liz Throssell, representante de derechos humanos de Naciones Unidas manifestó su preocupación por “la serie de medidas introducidas recientemente en El Salvador en respuesta al aumento de los asesinatos de pandillas”.
El presidente salvadoreño también ordenó la construcción de un nuevo centro penitenciario de máxima seguridad para 20 mil presos, que sería el más grande del país.
Diversas asociaciones internacionales de derechos humanos calificaron las medidas de Bukele como exageradas.
El presidente del país centroamericano también anunció otras medidas polémicas, entre ellas: sanciones para los medios de comunicación que difundan mensajes de grupos delictivos, y la prohibición de grafittis alusivos a las pandillas.
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