Los pingüinos y otras especies de aves y mamíferos marinos podrían estar en grave riesgo luego de que se detectaran casos de gripe aviar en la Antártida.
Un equipo de investigadores detectó por primera vez unos casos de gripe aviar que es altamente contagiosa en la Antártida.
Los científicos del British Antártico Survey (BAS) decidieron investigar la muerte inexplicable de aves marinas en Bird Island, una isla del Atlántico Sur.
Fue así como tomaron muestras de los cuerpos de las aves y descubrieron la enfermedad que estaba causando su muerte.
«Los hisopos de skúas pardas (págalo pardo antártico) revelaron que los animales tenían un tipo de gripe aviar llamada HPAI H5N1», dijeron.
De acuerdo con los expertos, desde el 2022 se viene registrando un fuerte brote del H5N1; el cual ha matado millones de aves marinas en todo el mundo.
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Esta gripe aviar también ha afectado a algunas aves domésticas como pollos, patos, pavos, gansos y especies silvestres. Además, ha infectado a algunos mamíferos.
Sin embargo, la preocupación es que este virus llegue a la Antártida y afecte a los pingüinos que son una especie sensible y vulnerable.
Los investigadores indicaron que es posible que la enfermedad se haya propagado por la migración de aves en América del Sur.
«Los elementos clave del programa científico más amplio en Bird Island continúan bajo precaución, incluido el monitoreo a largo plazo de depredadores marinos como los albatros errantes, de ceja negra y de cabeza gris, los petreles gigantes del norte y del sur, los pingüinos macarrones y los pingüinos papúa», indicó BAS.
Esta es la primera vez que se detecta casos de gripe aviar en la costa de la Antártida y podría ser una grave amenaza para los pingüinos.
La preocupación es que estos animales solo han vivido en este continente; por lo tanto no han estado expuestos a la cepa de este virus y no tienen defensas.
La directora científica de de BAS para Bird Island, Ashley Bennison, dijo que esta es una noticia devastadora; pero desde hace un tiempo se sabía que podría ocurrir.
«Este es un evento particularmente triste de confirmar. Continuaremos monitoreando las especies en la isla lo mejor que podamos y mantendremos la ciencia en marcha, pero no estamos seguros del impacto total en este momento», dijo.
Un análisis preliminar de los impactos de la gripe aviar en la Antártida estableció que los lobos y leones marinos, las sjúas y las gaviotas corren el mayor riesgo.
Sin embargo, los pingüinos, las aves rapaces, las vainas y los petreles gigantes también estarían en la lista.