Seguramente has escuchado el término en redes sociales.
El mewing es una técnica que consiste en colocar la lengua en una posición específica contra el paladar superior, con el objetivo de mejorar la alineación de la mandíbula y los dientes, y así lograr una apariencia facial más definida.
Esta técnica, que se ha popularizado mucho en redes sociales y creada por el ortodoncista británico John Mew, ha ganado muchos seguidores que afirman que puede ayudar a reducir la papada, mejorar la respiración y hasta aliviar los dolores de mandíbula.
Sin embargo, no hay suficiente evidencia científica que respalde estos beneficios y algunos expertos advierten que podrían tener efectos negativos en la salud dental y mandibular.
¿Cuándo se empezó a usar el mewing?
El mewing fue creado por el ortodoncista británico John Mew en 1970 como parte de un tratamiento llamado ortotropía. La técnica se basa en la idea de que la posición de la lengua y otros factores pueden influir en el desarrollo facial, mejorando la forma de la mandíbula e incluso la alineación de los dientes.
La ortotropía se centra en prácticas como la expansión del paladar y una correcta postura oral para guiar el crecimiento facial. Aunque Mew practicó esta técnica durante 30 años, no fue hasta 2012 cuando su hijo, Mike Mew, comenzó a difundirla en YouTube, popularizándola como «mewing».

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¿Qué promete el mewing?
El mewing quiere definir la mandíbula sin necesidad de cirugía, reducir la papada e incluso alinear los dientes. No obstante, y vale la pena aclararlo, no hay evidencia científica que respalde estas afirmaciones.
La mandíbula es una estructura ósea cuya forma puede cambiar durante la infancia y la adolescencia debido al crecimiento. En la edad adulta, los cambios suelen estar relacionados con la pérdida de dientes. Para modificar significativamente la mandíbula, son necesarios aparatos correctores o cirugía maxilofacial.
Por otro lado, la lengua es un órgano muscular diseñado para funciones como el habla y la masticación. Mantenerla en una posición antinatural no solo no aporta beneficios, sino que puede ser perjudicial. Profesionales de la salud bucodental advierten sobre riesgos como alteraciones en la articulación temporomandibular y desplazamiento de los dientes.
En 2019, Michael Mew fue expulsado de la Sociedad Británica de Ortodoncia por promover tratamientos no respaldados 1 por la ciencia. A pesar de ello, el mewing sigue ganando adeptos gracias a influencers en redes sociales.
En materia de salud, es crucial seguir los consejos de los profesionales. Quizás no logremos la foto perfecta, pero estaremos más sanos.

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¿Puede traer consecuencias?
Hay algunas consecuencias que advierten los expertos sobre la técnica de mewing. Te contamos sobre algunas.
Problemas en la articulación temporomandibular (ATM): La tensión constante en la mandíbula y los músculos faciales puede generar dolor, chasquidos y disfunción en la ATM.
Desalineación dental: El mewing puede hacer presión sobre los dientes, lo que podría llevar a su desplazamiento y a problemas de mordida.
Dolor: Algunas personas pueden experimentar dolor de cabeza, cuello y espalda debido a la tensión muscular generada por el mewing.
Otros problemas: Si ya existen problemas de mordida, el mewing podría empeorarlos en lugar de corregirlos.
Es importante destacar que estos riesgos pueden variar de persona a persona. Si estás considerando practicar mewing, es importante que consultes con un profesional de la salud dental para evaluar los posibles riesgos y beneficios en tu caso particular.
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