Corea del Sur tiene una intensa cultura de trabajo, ya que sus horas medias laborales por año son una de las más altas del mundo. Pero cuando el gobierno surcoreano propuso ampliar la semana laboral a máximo 69 horas, hubo una fuerte reacción.
Los principales detractores de esta política fueron los empleados jóvenes quienes apelaban a la importancia de equilibrar su vida laboral y personal. Finalmente, el país retiró esta propuesta y provocó una reevaluación de las políticas laborales del país.
Ahora el gobierno de Corea del Sur plantea establecer una semana laboral de cuatro días, en donde argumentan que podría mitigar el estrés y el agotamiento de los trabajadores sin intervenir en la productividad.
Uno de los puntos más importantes a considerar sobre la iniciativa de la semana laboral es alentar el tiempo libre a los trabajadores para aumentar la tasa de natalidad.
Y es que en este momento las proyecciones de Corea del Sur en 50 años no son las más prósperas. Se estima que el número de personas en edad de trabajar bajará a la mitad; mientras que las personas aptas a prestar el servicio militar obligatorio se reducirá un 58% y la mitad de la población tendrá más de 65 años.
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Esto supone un grave problema para el sistema pensional, un bajo consumo de productos y servicios y una crisis en las instituciones educativas.
Es por esto que este ensayo de la semana laboral de cuatro días puede suponer un cambio importante en la vida familiar y la productividad. Aunque el proyecto aún está en primeras etapas, podría ser un modelo efectivo para replicar en otros países.
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