Un anciano en Colombia se enterró en el patio de su casa para protestar por el nivel de abandono en el que se encuentra

Mientras en Colombia las noticias electorales se han apoderado de la agenda de los principales medios, los problemas de los ciudadanos han pasado a segundo plano. Ese es el caso del señor Luis Miguel López, un anciano de 74 años que tuvo que protestar enterrándose vivo para solicitar al gobierno una ayuda ante su estado de indefensión.

Según ha manifestado Luis, se cansó de pedir una ayuda a la Alcaldía de Bogotá o a la Secretaría de Integración Social por lo que protestar se convirtió en su única salida para tener una vida digna. López es solo uno de los miles de casos alarmantes que dejan en evidencia la soledad y el abandono de los adultos mayores en Colombia y gran parte del mundo.

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Su manera de protestar fue impactante pero contundente: enterrarse vivo en el patio de su casa. Sí, Luis Miguel López abrió un hueco lo suficientemente grande para meter su cuerpo y dejar su cabeza descubierta.

Por supuesto, su forma de protesta llamó la atención y varios medios visitaron su casa para conocer sus peticiones. Allí, varias personas fueron testigos de la pobreza extrema en la que vive el señor Luis que es, además, el reflejo de la realidad de cientos de familias colombianas.

La casa de Luis está ubicada en Usme, una de las regiones de Bogotá más golpeadas por problemáticas sociales como la pobreza y la desigualdad. López vive en una casa hecha de latas y madera que apenas lo pueden proteger de la lluvia y el frío de la capital colombiana. Además, no cuenta con servicios básicos como agua, luz o gas.

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Ante las pocas oportunidades laborales para una persona de su edad y el abandono por parte del estado y su familia, López resolvió «cavar su propia tumba».

(Según López, sus hijos tampoco tienen posibilidades económicas para auxiliarlo. Por la crisis económica, también están desempleados)

Una protesta por vivir dignamente

Al ver que Luis Miguel López había decidido enterrarse vivo, la comunidad intentó socorrerlo pero él se negó a salir. Su petición era clara: hasta que el gobierno no lo ayude, el no dejará de protestar.

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En las últimas horas, el cuerpo de bomberos y la Secretaría de Salud llegaron a la casa del señor Luis. Lo auxiliaron y él aceptó ir a un hospital. Su estado de salud no era el mejor cuando estos organismos lo visitaron.

Por ahora se ha podido conocer que el anciano se está recuperando satisfactoriamente. Lo que sí es un hecho es que si al volver a su casa la Alcaldía de Bogotá no le ofrece ninguna posibilidad a tener una vida digna, él se meterá al hoyo otra vez.

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