Cada año ocurren 25 millones de abortos ilegales en todo el mundo
El aborto clandestino sigue siendo uno de los mayores problemas en los países donde interrumpir el embarazo de forma voluntaria es ilegal. Más de 22 mil mujeres en el mundo pierden la vida en estos procesos.
A pesar de que la cifra es escandalosa, muchos países todavía no contemplan la despenalización del aborto. Por eso, muchas mujeres como Lucía, una chica de Veracruz, México, se ven arrinconadas a interrumpir su embarazo de forma clandestina.
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Hablamos con Lucía, quien nos contó que a los 19 años tuvo que recurrir al aborto clandestino, porque en México no existen las garantías para que ella pudiera interrumpir su embarazo. En Veracruz el aborto está mal visto y también está penalizado.
En su momento, ella estaba en la universidad. Lucía salía con un chico dos años menor que ella con el cual tenían encuentros esporádicos hasta que un día, dejó de menstruar.
«Después de dos meses esperando, decidí hacerme una prueba en casa. Para mi sorpresa, estaba embarazada», dijo Lucía. «Mi mundo se derrumbó. El chico con el que salía dijo que no iba a hacerse cargo y que me las arreglara como pudiera. Desapareció».
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Para ese momento, Lucía no quería decirle nada a sus padres. Si bien ella creció en un lugar privilegiado, sus padres eran muy conservadores y decirles que pensaba interrumpir su embarazo no era una opción.
El miedo se apoderó de ella. Lucía sabía que muchas mujeres que recurrieron al aborto clandestino habían fallecido. Una amiga le recomendó unas píldoras que no eran abortivas, pero había escuchado que funcionaban para eso. Finalmente, ella se las tomó.
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«Fui al baño y noté cómo algo bajaba. Había mucha sangre. Tenía que ir al médico. No estaba segura de que todo había salido bien», dijo Lucía. «Alguien me recomendó una clínica clandestina en la que daban atención a chicas en mi situación. La clínica estaba en la parte trasera de un hospital, en un área que no estaba abierta al público».
Lucía llegó a un lugar en obras, oscuro y con luces parpadeantes. El ‘doctor’ de la clínica clandestina le dijo que aún quedaban restos del embarazo en su cuerpo y que tenía riesgo de infección o algo peor: tenía que someterse a un aborto clandestino de más de 8mil pesos.
Si quieres saber en qué terminó la historia de Lucía, te invitamos a reproducir el video que se encuentra al inicio de este artículo.
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