Una agricultora logró poner fin a un complejo conflicto entre elefantes y agricultores que parecía no tener solución en Kenia.
Charity Mwangome decidió buscar una solución a este problema y encontró en las abejas a su mayor aliado.
Esta mujer puso en marcha una exitosa idea al levantar una valla de colmenas africanas que ha logrado mantener alejados a los elefantes de los cultivos con sus zumbidos.
De esta forma, las abejas ayudaron a controlar las incursiones de elefantes que se ganaron el odio de los agricultores en las últimas décadas.
«Antes odiábamos mucho a los elefantes…Las vallas de colmenas vinieron a nuestro rescate», dijo la agricultora.
El turismo que generan estos animales aportan cerca del 10% del PIB de Kenia, pero al mismo tiempo los agricultores representan una espina dorsal de la economía del país.
Esto llevó a que se ideara un plan de protección que ha tenido un gran éxito en el Parque Nacional de Tsavo, en donde el número de ejemplares pasó de unos 6.000 en los años 1990 a cerca de 15.000 en 2021, según el Kenya Wildlife Service (KWS).
Sin embargo, la población humana también aumentó y la invasión de terrenos y pastos coincidió con las rutas migratorias de las manadas.
La organización KWS explicó que los conflictos entre ambos hizo que se convirtiera en una de las principales causas de mortalidad de elefantes en esta zona del parque natural.
Fue así como un día Save the Elephants le propuso a Charity espantar a uno de los animales más grandes del planeta con uno de los más pequeños: la abeja africana.
Ella puso en marcha el proyecto instalando las primeras abejas alrededor de los cultivos. La iniciativa ha tenido un rotundo éxito porque en el 86% de los casos los elefantes han evitado ingresar a las fincas en Kenia.
A pesar de esto, las sequías agravadas por el cambio climático se han convertido en un desafío. Todo se debe a que el calor hace que las abejas huyan y los elefantes se queden sin alimento y agua en la sabana.
Esta pacífica solución a este conflicto entre elefantes y agricultores en Kenia también se ha convertido en un gran ejemplo para este tipo de problemas que han surgido en África.
A través de la miel que produce las casi 70.000 abejas de una colmena, los agricultores han encontrado otra oportunidad.
Loise Kawira viene liderando la promoción de la apicultura enseñando sobre las técnicas para manejar a estos animales.
Ella se unió a la ONG Save the Elephants en 2011. En la actualidad hay 49 agricultores apoyados por este proyecto que tienen colmenas conectadas entre sí.
Cada colmena es instalada en un alambre que funciona como cerca y permite que quede suspendida para protegerla de otros insectos.
De hecho, las abejas suelen zumbar cuando detectan la presencia de una amenaza y esto hace que los elefantes huyan del lugar.
Uno de los mayores obstáculos ha sido el costo de cada colmena. Cada una puede llegar a valer 1.163 dólares y los agricultores no pueden asumir esos costos.
A pesar de esto, los expertos aseguran que este método es mucho más barato que la instalación de cercas eléctricas.
Para quienes no pueden tener abejas, Save the Elephants propone otras soluciones. Una de las propuestas es usar vallas de hojalata que suenan al ser sacudidas por los elefantes que se acercan, o trapos empapados de diésel o pimiento picante.
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