La NASA se prepara para lanzar su nuevo telescopio espacial a finales de año. El telescopio James Webb (JWST) está llamado a ser el nuevo orgullo de la agencia. El objetivo es mejorar el ya existente telescopio Hubble y proporcionar más información sobre los confines del universo. Sin embargo, en vísperas de su puesta en funcionamiento, el James Webb se ha visto salpicado por una polémica que deja a la NASA, a juicio de muchos, en mal lugar.
Hace unos meses, más de 1.200 de astrónomos profesionales y amateurs, entre muchos trabajadores de la agencia, firmaron una petición en la que se solicitaba el cambio de nombre del telescopio. ¿La razón? El legado supuestamente homófobo de la figura a la que honra el telescopio.
James Webb empezó a trabajar en el servicio público en Washington D.C. como secretario de Edward W. Pow. Años más tarde, fue nombrado subsecretario de Estado por Harry S. Truman. Su tiempo en el Departamento de Estado bajo el presidente Harry S. Truman incluyó el avance del desarrollo de la guerra psicológica como una herramienta de la guerra fría, entre otras cosas.
Más tarde, John F. Kennedy nombró a Webb administrador de la NASA, participando así en el programa Apolo. Se le recuerda por eso. Pero Webb también jugo un papel en un asunto mucho menos glorioso. Como explican los promotores de la citada petición en esta columna de opinión, “el sucesor del Hubble honra actualmente a un hombre que accedió a aplicar las políticas gubernamentales homofóbicas durante las décadas de 1950 y 1960”.
Los firmantes de esa columna se refieren a la caza de brujas anti-gay conocida hoy como el lavender scare o ‘terror lila’.
“Una de las primeras cosas que hizo el presidente Eisenhower cuando llegó a la Casa Blanca en 1953 fue firmar una orden ejecutiva que prohibía a gais y lesbianas trabajar para el gobierno federal”, explica Josh Howard, director de un documental sobre esa parte oscura de la historia de EEUU.
El presidente Eisenhower se escudaba en la idea de que gais y lesbianas podían ser “chantajistas” y “presa fácil” para los espías. Los consideraba una amenaza para la seguridad nacional. Así que decidió purgarlos de las instituciones públicas.
Durante cuatro décadas, más de 10 mil trabajadores públicos perdieron sus empleos por su orientación sexual.
Muchos fueron acusados sin pruebas y sin razón.
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Los defensores del cambio de nombre del nuevo telescopio espacial consideran probada la implicación de James Webb en la aplicación de esas políticas. “Quienes están a favor de nombrar el telescopio en honor a Webb celebran su mandato como administrador de la NASA durante la era Apolo. Sin embargo, antes de desempeñarse como Administrador de la NASA, Webb se desempeñó como Subsecretario de Estado durante la purga de personas queer del servicio gubernamental conocido como Lavender Scare”, dicen en su petición. “La evidencia de archivo indica claramente que Webb estuvo en conversaciones de alto nivel con respecto a la creación de esta política y las acciones resultantes”.
En respuesta a las preocupaciones expresadas por centenares de astrónomos, la NASA comenzó un estudio interno de documentos históricos que debían arrojar luz sobre el comportamiento de Webb en aquellos días de persecución federal de gais y lesbianas. La Agencia prometió una investigación transparente y pública del asunto. En vez de eso, el 27 de septiembre, el actual administrador de la agencia, Bill Nelson, emitió una declaración de una sola frase a algunos medios de comunicación diciendo simplemente: “No hemos encontrado evidencia en este momento que justifique cambiar el nombre del telescopio espacial James Webb”.
El historiador jefe interino de la NASA, Brian Odom, que dirigió la investigación, dijo a Nature el 30 de septiembre que considera que la investigación está cerrada.
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La respuesta de la NASA ha causado malestar entre muchos astrónomos. “El golpe en el estómago está en su negativa absoluta a escuchar las voces de los astrónomos queer”, opina Brian Nord, astrofísico del Laboratorio del Acelerador Nacional Fermi en Batavia, Illinois. “Es un rechazo a confrontar la historia”, añade.
Algunos astrónomos que planean utilizar el nuevo telescopio espacial ya están pensando en lo que harán si no se logra su cambio de nombre. Boicotear el uso del JWST no es una opción para nadie, debido a sus capacidades. Pero muchos planean hacer notar su desacuerdo.
Una idea es introducir menciones a los derechos LGBTQI+ en las secciones de agradecimientos de los artículos publicados utilizando datos del JWST. Otra es incluir en esas mismas secciones información histórica sobre la asociación de Webb con acciones anti-LGBTQI+.
También hay quien propone ignorar por completo el nombre oficial del telescopio y llamarlo de cualquier otra manera. Prescod-Weinstein, Por ejemplo, tuiteó recientemente su propuesta: “Personalmente, estoy encantado con el telescopio espacial Just Wonderful (JWST)”.
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