En un mundo lleno de princesas, faltan más Úrsulas. Tal vez las niñas podrían haber tomado en su momento algunas lecciones de las villanas, en este caso, de quien le ‘quitó’ la voz a Ariel.
Años después, a algunas mujeres que vieron el clásico de La Sirenita en su infancia les ha cambiado la percepción que tenían sobre los personajes principales. ‘Pero tal vez ella no era tan mala’ piensan. Y tienen razón.
La Sirenita, de 1989 (sí, ya deberías pensar en un plan de retiro), retrata a Úrsula como esta rimbombante y escandalosa villana, que fue execrada del reino de Rey Tritón.
Se sabe que usa magia negra, que hoy tal vez abriría un debate de libertades religiosas, pero para los productores y el público del momento, eso era suficiente para darle malicia durante toda la película.
Pudiera interpretarse a Úrsula como la madrina de las almas perdidas y desahuciadas, a diferencia del reino de tritón donde todo es aparentemente perfecto… ¿Es un alma caritativa?
Se tiene que decir, una de las villanas de Disney más icónicas, es plus size y body positive.
Especialmente en comparación a sirenos y sirenas que pudieran rallar caracoles con sus abdominales. Y Tritón que debe tener su gimnasio personal en sus dominios.
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Pero eso no es lo feminista de ese aspecto en específico, sino que se ve muy cómoda en su cuerpo y segura de su sexualidad/sensualidad. A las pruebas me remito.
Hay quienes sostienen que en la película se ‘sataniza’ al personaje y a las personas plus size, ya que cuando obtiene su meta de dominar el océano, se expande en tamaño.
Úrsula sí tiene un problema, la violencia que ejecuta contra Ariel. Es el odio de una mujer contra otra, evidenciado en su comportamiento.
Sin embargo, nadie está completamente construido, ¿no? Si bien Úrsula tiene sus puntos débiles, globalmente, es una feminista. Y es que si somos sinceros, el contrato que firma con Ariel no es para nada ilegal.
Continuemos con los ejemplos: cuando Úrsula le quita la voz a Ariel y esta protesta, ella le dice que los hombres humanos no se impresionan con una conversación. Sigue, y le recuerda que los hombres están atraídos hacia una mujer que se mantenga abstraída y poco comunicativa. Ese mito preciso de «la difícil», que tanto alimentamos.
Si hay algo que es real, es que Úrsula trabaja. Su negocio puede ser cuestionable, pero además es emprendedora. Ofrece un servicio creado por ella, satisfaciendo un nicho del mercado.
Claro que hay clientes insatisfechos, pero… ¿Quién no los tiene? Aquellos que han sido condenados (un pequeño detalle) por Ursula, son muchísimos, entonces, además, su negocio se ‘disparó’.
Asumámoslo así, por el bien de la discusión. Si Tritón es la figura patriarcal de este universo y Úrsula es una rechazada de su reino y que le faltan sus favores y a pesar de eso, logra surgir, ¿No es eso lo más feminista del mundo?
Contrastémosla de nuevo con Ariel, que vive en un mundo relativamente perfecto hasta que le llega al amor, que es cuando empieza su conflicto.
Su mayor deseo es obtener ese amor, esa relación. Para hacerlo debe cambiar completamente lo que es, cambiar su mundo por el humano. Dejar todo lo que conoce y sus comodidades.
Está dispuesta. Quiere sacrificarlo todo por… ‘el hombre’. El mayor deseo de Úrsula es dominar, conquistar, gobernar. Visiones que a través de la historia se le han negado a las mujeres y que la convierten en la villana de La Sirenita.
No hay nada que hacer, Úrsula parece ser un ejemplo de feminismo.
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