Línea Calma, así se llama la línea telefónica de protección a la mujer creada por la alcaldía de Bogotá, Colombia. Sin embargo, esta tiene una particularidad: está dirigida únicamente a hombres.
La idea central de este proyecto, el cual ya existe desde hace dos años pero tomó gran relevancia durante el confinamiento por la Covid-19, es evitar la violencia de género y también, abordar junto a expertos comportamientos machistas y dominantes.
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Así pues, la Línea Calma pretende impulsar un análisis personal en los hombres que con distintos hábitos machistas, los cuales casi siempre pasan por alto, afectan sus vidas y las de sus seres queridos. Un proyecto muy ambicioso que no es más ni menos que un cambio cultural de fondo para evitar la violencia contra la mujer o la violencia en general.
Ciertamente, las llamadas que se han recibido en la Línea Calma han sido variadas, pero en su gran mayoría han sido impactantes o suplicantes.
Los psicólogos expertos que atienden las llamadas se encuentran a menudo con frases como: «acabo de golpear a mi esposa. Ayúdenme», «yo no quiero ser este tipo de hombre», «estoy a punto de perder el control», «estoy muy celoso y no sé qué hacer. Me estoy convirtiendo en alguien violento».
Pero también se topan con llamadas de orientación como: «mis amigos y mi esposa me dicen que soy machista, pero yo no lo considero así», «todos a mi alrededor dicen que soy machista. ¿Qué puedo hacer para corregir esto?» o «quiero cambiar mis hábitos machistas».
Nicolás Montero, actor, activista y secretario de cultura para la alcaldía de Claudia López, es quien dirige el proyecto. En una entrevista con New York Times, el artista manifestó que con este tipo de iniciativas espera que en 20 años el machismo se erradique de Colombia.
«Imagina un titular de esta sociedad en 20 años», dijo Montero. «El machismo ha quedado erradicado de la geografía nacional».
Y es que aunque muchos creen que los hábitos machistas en Colombia están desapareciendo, lo cierto es que se estima que en este país una mujer muere o es abusada cada 30 minutos.
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A decir verdad, la esperanza radica en que desde que se habilitó la Línea Calma, las llamadas en la oficina de atención no han parado. Los psicólogos que atienden a los llamados reciben entre 10 a 12 llamadas al día. Hombres de todas las edades están acudiendo a pedir ayuda u orientación.
«Yo creía, y otras personas también creían, que no conseguíamos que los hombres autores de violencia nos llamaran a solicitar ayuda», dijo Daniel Galeano, de 26 años, uno de los psicólogos. «Y algo está pasando, de pronto esos modelos masculinos ya no pasan, ya no coinciden con las relaciones que están teniendo».
Durante su labor, los psicólogos se han topado con todo tipo de casos. Galeano recuerda uno de un paciente en particular que estaba muy preocupado por las actitudes violentas que estaba teniendo con su pareja, pero no se atrevía a decir que se trataba de otro hombre.
«Quiero que entiendas que esta línea no tiene sentencia de juzgar por ningún tipo de tema de orientación sexual», fue la respuesta del psicólogo en su momento.
En la actualidad, la Línea Calma se anuncia en radio, televisión, medios locales y redes sociales. Sin duda una gran iniciativa para acabar con la violencia y los hábitos machistas.
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