Hace más de 15 años un grupo de activistas LGTBI+ decidió independizarse en las inmediaciones del Pacífico para crear una tierra donde promover y defender los derechos de su colectivo. El territorio al que emigraron estaba compuesto por pequeñas islas y arrecifes deshabitados y tropicales del Mar del Coral que en ese momento pertenecían a Australia.
El proceso de independencia empezó en 2004 cuando el Parlamento australiano aprobó una ley que negaba el derecho al matrimonio homosexual a sus ciudadanos, de modo que gays, lesbianas y demás personas dentro del colectivo LGTBI+ decidieron crear una micronación donde el matrimonio entre personas del mismo sexo sí fuera posible.
A partir de ese momento, las parejas del colectivo perdieron cualquier derecho sucesorio, no podían decidir sobre la vida de su pareja en caso de emergencia médica ni tampoco adoptar.
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Las islas eran consideradas Territorio de Ultramar y, por lo tanto, pertenecían a la Commonwealth, pero no eran estrictamente australianas, de modo que sus fundadores no fueron considerados insurgentes.
El territorio solo medía tres kilómetros cuadrados, tenía su propia moneda (el dólar rosa), su propio himno (I Am What I Am de Gloria Gaynor), su propia bandera (la bandera del arcoíris) y sus ciudadanos vivían principalmente del turismo gracias a que personas del colectivo de alrededor del mundo acudían a visitarla.
En diciembre de 2017, el Parlamento de Australia aprobó la legislación en la que reconocía el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ese día el colectivo de las islas del mar del Coral ganó. La nación se deshizo poco después cuando sus fundadores consideraron que su misión había terminado. Después de 13 años plantando cara, sus derechos habían sido escuchados.
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