Ecosexualidad: la atracción o deseo por la naturaleza

La ecosexualidad o sexo ecológico, más allá de ser una orientación sexual es un movimiento activista y artístico. Aunque nace en el 2008 con las artistas estadounidenses Elizabeth Stephens y Annie Sprinkle, fue en el 2011 cuando empezó a sumar una mayor cantidad de representantes.

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Contrario a lo que puedas pensar, este grupo está bastante seguro de su orientación y de sus gustos. Muestra de esto es el Manifiesto Ecosexual redactado por las primeras personas que se unieron al movimiento.

Los ecosexuales no ven a una madre en la naturaleza, sino a su amante. Para ellos esta relación no solo depende de tener relaciones de una forma exclusivamente genital sino que gozan de los estímulos que les da la naturaleza con sus cinco sentidos.

“Acariciamos rocas, gozamos con cascadas, y a menudo admiramos las curvas de la tierra. Hacemos el amor con la tierra a través de nuestros sentidos. Celebramos nuestro punto E”

Segundo punto del manifiesto ecosexual

Los más ecológicos

Además de sentir una fuerte atracción hacia la naturaleza y todos sus elementos, los ecosexuales ponen la defensa de su enamorada en primer lugar. Por ello, este grupo es el más ecológico a la hora de tener relaciones intimas.

Apagar las luces cuando se tiene intimidad para ahorrar energía, o ducharse en pareja para ahorrar agua, son algunas de las prácticas de realizan los ecosexuales para cuidar el planeta.

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Ecosexuales con pareja humana o independientes

Para algunos que practican la ecosexualidad, el movimiento no se limita a ser homosexual, bi o heterosexual sino que te vuelve totalmente autosuficiente. A sus ojos, la naturaleza siempre estará ahí. Esto les permite tener intimidad sin depender de nadie.

Sin embargo, sus creadores Annie Sprinkle y Beth Stephens son pareja, pero lo que las une es su amor por la naturaleza, tanto así que se casaron con la Tierra en el año 2008. Desde esa fecha, en que realizaron su primera «Boda Verde», lo han vuelto a hacer múltiples veces con distintos entes naturales. Los más afortunados han sido el cielo, la luna, la nieve y el sol, entre otras.

¿Amas tanto la naturaleza como para considerarte ecosexual?