Son formas nuevas para todos pero los «poderosos» deberían preocuparse por la interacción que deben generar a través del metaverso
Cuando en octubre Mark Zuckerberg sorprendió con su nueva apuesta: el metaverso, el mundo entero volteó la mirada para entender cómo esta hazaña tecnológica busca superar internet y también sus expectativas.
Zuckerberg está de boca en boca porque no solo ha cambiado el nombre de Facebook Inc, sino que su objetivo es llevar las interacciones que tienen las personas en la vida real a otra dimensión, específicamente al plano virtual y con realidad aumentada.
Con esto, los gobiernos e importantes empresas buscan adentrarse a este mundo, aunque el futuro del metaverso siga siendo incierto. Y pareciera que los gobiernos deben trabajar más de lo que se cree y prepararse para proteger sus datos, endurecer su ciberseguridad y la identidad digital, así como cualquier información que se encuentre en el mundo de la política digital.
Las grandes compañías también se enfrentan a este nuevo reto y las demandas de sus usuarios y clientes, sin embargo, algunas de ellas coquetean un poco más con el metaverso. La casa de moda Gucci presentó recientemente Gucci Garden, una experiencia multimedia inmersiva donde los usuarios de la plataforma de juegos en línea Roblox pueden explorar y comprar sus creaciones.
Y sin ir muy lejos, Louis Vuitton y Burberry han buscado también expandirse por el camino de la virtualidad con asociaciones a juegos de alto perfil. Por su parte, Nike y otros grandes nombres ahora ofrecen versiones virtuales de sus artículos reales.
En el metaverso actual, las personas tienen la posibilidad de interactuar con avatares creados por ellos mismos y que incursionan en mundos virtuales, como ocurre con el popular juego Roblox y como Decentraland, una plataforma de realidad virtual 3D descentralizada.
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Para las empresas esto se traduce a ganancias tanto en el mundo real como en el virtual, pues los avatares pueden adquirir las últimas zapatillas, sudaderas con capucha y bolsos digitales en tiendas que emularán estas compañías en este nuevo universo digital.
Pero hay un punto que deben tener en cuenta las empresas, y es que los jugadores demandarán cada vez más certificados digitales o tokens no fungibles (NFT), para que el certificado de autenticidad demuestre que poseen un activo digital.
Coindesk explica que no todas las marcas que venden en el metaverso ofrecen NFT. En el caso de Gucci que vendió un bolso por más de 4.000 dólares, el comprador solo posee el artículo en Roblox, no a través de un NFT, lo que significa que si Roblox desaparece en 50 años, también lo hará el artículo. Para que el concepto de propiedad tenga significado y longevidad en el metaverso, los NFT serán clave.
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