Encontrar la entrada al centro de la Tierra ha sido uno de los temas más populares de la Ciencia Ficción, pero eso no significa que lograr esta hazaña sea solo una fantasía.
La mayoría de los pozos súper profundos son creación natural, surgieron sin intervención humana. Sin embargo, el Pozo de Kola es un caso muy diferente.
Esta entrada al centro de la Tierra, cuyo nombre oficial es SG-3, fue un proyecto de investigación geológica impulsado por la Unión Soviética. Este se llevó a cabo en la Península de Kola, ubicada cerca de la frontera con Finlandia y Noruega.
El trabajo de perforación empezó en 1970, pero no sería hasta 1989 cuando lograron acceder al pozo más impresionante jamás hecho por la humanidad, el ya mencionado SG-3. Este tenía 12.262 metros de profundidad pero solo 23 cm de diámetro, marcando un antes y un después en la historia de la geología.
No obstante, acceder al Pozo de Kola era difícil, ya que esta entrada al centro de la tierra alcanza temperaturas de 180 °C. Además, la prensa finlandesa extendió el mito de que a partir de cierta profundidad, en Kola se escuchaban ‘los gritos de las almas atormentadas en el infierno’.
A finales de la década de los 80’s, cuando la Unión Soviética perforó el Pozo de Kola, la Guerra Fría estaba llegando a sus últimas etapas. Ya había terminado la carrera armamentista, y hacía mucho que Estados Unido había ganado la competencia espacial con el alunizaje del Apolo 11.
Por lo tanto, las ambiciones de los soviéticos eran puramente científicas. Igualmente, querían explorar la composición química de la corteza interior del planeta, así como el funcionamiento tectónico de la placa báltica, causante de la mayoría de los sismos en la región norte de Finlandia y Rusia.
Del mismo modo, los geólogos a cargo del proyecto necesitaban encontrar nuevos métodos para estudiar y analizar la capa terrestre profunda, que para ese momento aún no habían sido desarrollados.
Tal y como es de esperar, financiar una entrada al centro de la Tierra no es sencillo ni económico, por lo que el gobierno ruso retiró su apoyo al proyecto. Posteriormente, el Pozo de Kola estuvo a cargo un laboratorio científico, que intentó mantener el lugar activo, pero no tuvieron éxito.
Finalmente, el Pozo de Kola fue abandonado en el año 2008. Aunque ya no funciona, sus 12.262 metros de profundidad siguen siendo fuente de leyendas.
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