En el futuro la Luna podría convertirse en una base espacial donde cientos de personas convivan. Eso es lo que ha sugerido la NASA luego que unos científicos descubrieran unos pozos y unas cuevas en el satélite.
Según investigadores de la Universidad de California, financiados por la agencia espacial, dichas cuevas podrían tener una temperatura de unos 17 °C. Esto quiere decir que el clima en el interior de estas cavernas es muy agradable y permitiría que los astronautas puedan vivir y trabajar desde allí.
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Ciertamente, desde que la NASA exploró por primera vez la Luna, se ha encontrado con múltiples dificultades para que los astronautas soporten las duras condiciones lunares.
El hallazgo de estas cuevas en la Luna encendió una luz al final del túnel, pues ellas se podrían prestar para: la creación de estructuras en su interior; así como protegen a los astronautas de la radiación solar, el impacto de micrometeoritos y los cambios bruscos de temperatura en la superficie lunar.
Según la NASA, las temperaturas en la superficie de la Luna varían ampliamente. Por ejemplo, durante el día la temperatura puede llegar a los 127 °C y en la noche desciende hasta los -173 °C.
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A decir verdad, esto no quiere decir que la NASA ya vaya a ‘colonizar’ la Luna pronto, pero sí abre el camino para que el sueño de crear una base espacial en nuestro satélite sea una posibilidad no remota.
«Las imágenes de pozos del Orbitador de Reconocimiento Lunar indican que la Luna tiene cuevas. ¿Podrían convertirse en hábitats de astronautas?», escribió la NASA sobre el hallazgo. «Los científicos han descubierto que partes de los pozos siempre están a unos 17°C (63°F), a diferencia de las temperaturas extremas en la superficie de la Luna».
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Tyler Horvath, estudiante de la Universidad de California y director de la investigación, comentó que al menos 16 pozos de los 200 encontrados, son tubos de lava colapsados.
«Los humanos evolucionaron viviendo en cuevas, y a las cuevas podríamos regresar cuando vivamos en la Luna», dijo David Paige, coautor del artículo.
Los primeros pozos en la Luna se descubrieron en 2009 y, desde entonces, los científicos se han preguntado si conducen a cuevas que podrían explorarse o usarse como refugio. Parece que no estaban equivocados.
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