El objetivo es reducir el uso de los envases contaminantes de un solo uso y fomentar prácticas como la compra a granel y los envases retornables
Dentro y fuera de España varias ONG ecologistas, como Greenpeace, llevan años luchando en contra de plastificar los productos frescos con campañas bajo el lema “desnuda la fruta”.
Tras años de presión, el Gobierno de España prevé prohibir a partir de 2023 el uso de envases de plástico a aquellos que vendan frutas y verduras con pesos inferiores a 1,5 kg.
Además, si la superficie de venta es mayor de 300 m2, se deberá informar a los clientes sobre las repercusiones ecológicas de este tipo de envases a través de cartelería informativa.
El objetivo, según el comunicado del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) es reducir el uso de los envases contaminantes de un solo uso y fomentar prácticas como la compra a granel y los envases retornables.
Otra de las grandes batallas que se está tramitando en el Congreso de los Diputados es poner en marcha un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno de envases, tal y como existe en otros países de la Unión Europea.
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El modelo alemán como referente
En Alemania se aplica un sistema de Depósito, Devolución y Retorno desde 2003 muy similar al que se pretende implantar en España. Este método consiste en asociar una cantidad económica a los envases, como botellas de un solo uso o latas de bebidas, que se reintegra cuando el consumidor devuelve el envase vacío a su comercio.
De esta manera se consigue recuperar un porcentaje muy elevado de envases para su reutilización y reciclaje. Fomentando así un consumo menos nocivo y mucho más responsable con el medio ambiente.
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