¿Pero las bacterias no son malas? Bueno, no siempre. Muchas enfermedades infecciosas están causadas por bacterias que se transmiten de unas personas a otras. Sin embargo, la inmensa mayoría de estos microbios no son perjudiciales para la salud sino todo lo contrario. Nuestro cuerpo está lleno de microorganismos que nos ayudan, por ejemplo, a hacer la digestión o a protegernos de agentes externos.
Por eso un grupo de investigación español, el Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona, está desarrollado una nueva terapia basada en aspirar microorganismos modificados genéticamente para luchar contra enfermedades incurables.
El estudio, publicado en la revista Molecular System Biology, se centra en explicar los beneficios de modificar genéticamente una bacteria que se encuentra de forma natural en los pulmones, conocida como Mycoplasma pneumoniae. A priori, esta bacteria produce infecciones en el aparato respiratorio, principalmente en forma de neumonía. Pero a través de la modificación genética, estos científicos españoles han conseguido producir una proteína capaz de atacar a otras bacterias, conocidas como Staphylococcus aureus.
En primer instante, su objetivo era aplicar este tratamiento en casos de neumonía asociada a la ventilación mecánica. Esta enfermedad se desarrolla en pacientes que están en la UCI, entubados, y por lo tanto, susceptibles a ciertos tipos de infecciones. De este modo se abre una nueva perspectiva para un tipo de neumonía que a día de hoy es considerada “no tratable” con los antibióticos convencionales y que cuenta con una mortalidad del 15%.
El principal problema de este tipo de infecciones es que los microorganismos crecen formando capas resistentes a los antibióticos y, cuando esto ocurre, la infección puede convertirse en crónica. El mal uso de los antibióticos tanto en la salud humana como en la ganadería (han sido utilizados en exceso y de forma incorrecta durante décadas) hace que las bacterias se adapten a ellos y se vuelvan resistentes. Por lo tanto, al modificar el ADN de la bacteria, los científicos logran que esta produzca sustancias que “agujereen esa barrera y permitan que otras moléculas maten a los patógenos”.
Una vez terminada con éxito la experimentación animal, la investigación empezará un ensayo clínico con humanos en 2023.
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Esta investigación muestra la inmensidad de posibilidades que la modificación genética de microorganismos le ofrece a la ciencia. “Es un campo emergente de la biología sintética que tiene muchas perspectivas”, asegura María Lluch, investigadora del CRG. La idea es que los microorganismos del cuerpo humano tienen un enorme potencial si se modifican genéticamente y se orientan al tratamiento de enfermedades que no tienen solución.
Los científicos creen que las posibilidades de la modificación genética son extraordinarias, y no solo para tratar este tipo concreto de neumonía.
Otra de sus grandes posibilidades a explorar es utilizar las bacterias modificadas con el fin de reforzar nuestro sistema inmunitario. La inmunoterapia seria útil, por ejemplo, contra el cáncer. Además. mediante la ingeniería bacteriana también sería posible conseguir que los microorganismos se desplacen hasta la zona del tumor para «atacar las células tumorales”.
De momento este campo todavía es incipiente, pero “el siglo XXI tiene que ser el de la revolución en el desarrollo de aplicaciones basadas en organismos modificados genéticamente”, vaticinan estos científicos españoles.
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