Los científicos han encendido las alarmas desde hace unos años por la forma como la humanidad ha venido acumulando basura espacial alrededor de la Tierra.
Este escenario se ha convertido en una amenaza para las comunicaciones y las próximas misiones al espacio; ya que podría poner en riesgo el funcionamiento de los satélites y naves espaciales.
Ante esto, las autoridades de EE.UU. emitieron por primera vez una multa a una compañía por dejar basura espacial en la órbita terrestre.
La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) impuso 150.000 dólares de sanción a Dish Network por no haber alejado un satélite que iba a salir de operación de otros que estaban en funcionamiento.
La compañía admitió su responsabilidad por reubicar su satélite EchoStar-7 en una órbita muy por debajo de lo recomendado en 2022; ya que se había comprometido a dejarlo a una altitud de 300 kilómetros por encima del arco geoestacionario.
El EchoStar-7 fue lanzado en 2002 y se encontraba en la órbita geoestacionaria; la cual inicia a 36.000 km sobre la superficie de la Tierra.
Esta maniobra hizo que este satélite contribuyera a la acumulación de basura espacial debido a que se habría desintegrado al chocar con otros objetos.
«Este es un acuerdo revolucionario, que deja muy claro que la FCC tiene una fuerte autoridad y capacidad para hacer cumplir sus normas de vital importancia sobre desechos espaciales», dijo Loyaan Egal. jefe de cumplimiento de la FCC.
Lo cierto es que esta multa dejó un nuevo precedente en la lucha contra el problema de la basura espacial y permitiría controlar la responsabilidad de las compañías espaciales.
Sin embargo, esta suma no es nada comparada con los ingresos que registró Dish en 2022 en donde recibió unos 16.700 millones de dólares.
Sin embargo, la magnitud del problema podría ser mucho mayor en el futuro. Por ejemplo, solo Starlink, compañía del multimillonario Elon Musk, ha lanzado cerca de 4.000 satélites en los últimos cuatro años.
Una investigación de la NASA estimó que es posible que hayan más de 25.000 piezas de basura que miden más de 10 centímetros en el espacio; lo cual representa un grave problema para las misiones espaciales.
«Incluso un trozo de pintura… que venga en la dirección equivocada a una velocidad orbital, que es de 17.500 millas por hora, podría golpear a un astronauta que esté realizando una caminata espacial. Eso puede ser fatal», dijo Bill Nelson, jefe de la NASA a la BBC.
La gran preocupación es que si no se empieza a atender esta acumulación de basura espacial, la Tierra podría enfrentar un efecto dominó en la que cada vez más se producirían pequeñas partículas con la colisión de estos objetos.
Esto representaría una gran amenaza para el funcionamiento de satélites y el vuelo de las naves espaciales que podrían chocar con esta basura y tener problemas para sus operaciones.
Por esta razón, agencias espaciales como la NASA y la ESA vienen diseñando algunos planes que permitan reducir la basura espacial, pero la tarea no es nada fácil y necesitaría millonarias inversiones.
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