La plataforma se presentaba como una versión actualizada de Deliveroo o Globo, pero basada en criptomonedas. Fue difundida por influencers con miles de seguidores e incluso anunciaron una gran fiesta en Londes. Todo resultó ser uno de los robos más sofisticados de la historia
¿Cuántas veces has recibido un mensaje de un amigo o familiar que decía: “Cuidado, una nueva estafa está circulando por internet”? Hoy en día estamos expuestos a una gran cantidad de estímulos que pueden resultar ser un fraude, y a veces es muy difícil darse cuenta. Y el último caso, y uno de los más sangrantes, es CryptoEats. Porque esta vez ha sido a lo grande.
CryptoEats, una supuesta startup del Reino Unido dedicada, en apariencia, al reparto de comida a domicilio. Prometía competir mano a mano con Uber y Deliveroo gracias a su supuesto algoritmo basado en blockchain y a la posibilidad de pagar la comida con criptomonedas (incluso anunciaban el lanzamiento de su propia criptodivisa, “los token de EATS”). La empresa desapareció tras menos de media hora activa con el dinero de quienes habían invertido en ella a través de Internet. CryptoEats se ha esfumado después de estafar casi medio millón de dólares (430.632 dólares) en lo que algunos analistas consideran uno de los robos más sofisticados de la historia.
Una estafa milimétrica
Como muchas estafas exitosas, la puesta en marcha de CryptoEats tenía muchos elementos que la hacían parecer un negocio legítimo.
Un logotipo creíble, una fiesta de lanzamiento, perfiles en todas las redes, un sitio web y hasta un canal de Telegram en el que se anunciaban todas las novedades de la aplicación y la criptomoneda que permitiría pagar bienes reales con dinero digital.
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Una empresa novedosa, adaptada a la nueva realidad y que se suponía que iba a destarrar a Glovo. A los 30 minutos CryptoEats desapareció misteriosamente de Internet, sin dejar ningún rastro, y con ella se esfumaron los centenares de miles de libras que habían conseguido recaudar en esos escasos minutos.
Incluso difundieron junto a la nota de prensa la foto del supuesto CEO de la startup. Un chico joven, con una mano en el bolsillo y la otra sujetando un café y hasta tenía nombre, Wade Phillips. No había por donde sospechar, todo parecía en orden.
Aunque te pusieras un poco quisquilloso y empezaras a indagar sobre la empresa, encontrabas información en agencias reconocidas que aseguraban que la empresa contaba con inversores potentes que habían inyectado un total de 8 millones de libras para poner en marcha “la gran estafa”.
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Promoción a través de Influencers, una estrategia ingeniosa
Una de las estrategias que más credibilidad dio a CryptoEats fue la campaña de promoción que lanzó antes de su supuesto lanzamiento. Pagaron a diversos influencers británicos para que hiciera eco de la nueva aplicación. Colgaron fotos y vídeos hablando maravillas del servicio. Hasta les hicieron llegar bolsas de la marca para que aparecieran en las imágenes.
Gente como el promotor Bouncer, Joey Essex o DJ Charlie Sloth (con miles de centenares de seguidores en Instagram) promocionaron la compañía y su aplicación a través de sus perfiles de YouTube, TikTok e Instagram. “Omg (¡Oh dios mío!) CryptoEats resultó ser una gran estafa”, publicó Bouncer en una historia de Instagram justo después. “Me pagaron para hacer un vídeo promocional para su aplicación de comida a domicilio. […] Es un comportamiento repugnante”.
Supuestamente, la criptomoneda Eats tendría una capitalización de mercado de $1,000 millones de dólares en apenas seis meses. Además, CryptoEats dijo haber realizado una prueba en Londres, que había sido un total éxito entre sus más de 1,000 usuarios.
A pesar de toda la parafernalia, nada resultó ser real. Cada vez es más sorprendente la cantidad de maneras que hay para estafar a la gente, sobretodo a través de internet.
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