El artista canadiense Aidan Baker llevó la experiencia de su slowcore a un bosque en Ciudad de México.
En uno de los rincones más queridos en el Bosque de Chapultepec, el músico canadiense Aidan Baker transportó a la audiencia a paisajes sonoros inexplorados con su concierto.
A unos metros del lago de Chapultepec, entre árboles iluminados por una luz azul y proyecciones de flores el artista creó una atmósfera única con su música.
Este artista originario de Toronto crea música experimental que ha recibido numerosas etiquetas, desde ambient, jazz y neoclásico hasta doom, shoegaze y slowcore.
Aunque colabora con diversas agrupaciones como Nadja, Hypnodrone Ensemble y WERL, su primera visita a Ciudad de México fue como solista.
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Desde el primer momento, Aidan cautivó a la audiencia con loops generados por el procesamiento de su guitarra.
El entorno, rodeado por la naturaleza, potenció la experiencia de este viaje sonoro que disfrutaron los asistentes.
La combinación de sonidos, que recordaban desde el paso de un tren hasta gotas de agua; así como las manecillas de un reloj, viento y el latido de un corazón, crearon un ambiente sonoro reflexivo y pacífico.
Asistir a un concierto de Aidan Baker es sumergirse en la búsqueda de los elementos que conforman la composición.
Su enfoque no se limita a repeticiones convencionales sino que invita a explorar nuevas formas musicales, como diferentes y contemplativas.
La experiencia de presenciar el talento de Aidan Baker en vivo se convierte así en un evento único y trascendental, yendo más allá de los límites tradicionales de la música.
Después de este show en Ciudad de México, el artista ofrecerá otro concierto en Guadalajara y luego volverá a Berlín (Alemania) su ciudad de residencia. En Europa espera emprender un tour de dos meses por foros de Ámsterdam, Bruselas y París.
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