Si nos basamos en las malas lenguas de Internet, Selena Gomez y Hailey Bieber están condenadas a ser enemigas y comparadas entre sí de por vida. ¿La razón? De carne, hueso y nombre: Justin Bieber.
En el devenir de una historia cuyos protagonistas son dos superestrellas y una modelo de renombre, la situación es carne de cañón para el drama. Gomez y Baldwin, ahora Bieber, llevan años soportando las críticas de uno y otro bando, expuestas al escarnio del ojo público por su condición de ‘celebrities’. Y también, por ser dos mujeres a las que separa un hombre. El debate se ha reabierto hace pocos días debido a la entrevista de la creadora de Rhode Skin para el podcast Call Her Daddy, presentado por Alexandra Cooper, en el que desvela de una vez por todas su versión de los hechos.
Antes de revelar los motivos de la enemistad entre ambas, retrocedamos en el tiempo y tratemos de recrear el timeline de toda esta historia. Selena Gomez y Justin Bieber mantuvieron una relación sentimental intermitente a lo largo de casi una década. Todo Internet estaba loco por ellos, les adoraban e idolatraban. Eran la imagen perfecta del éxito tanto en lo profesional como en lo personal.
Jelena, como fue bautizada la pareja por los Selenators y los Beliebers –los nombres que reciben el fandom de ambos artistas–, comenzaba su andadura romántica en diciembre de 2010, cuando Gomez tenía 18 años y Bieber 16. Una relación, desde el primer momento, expuesta por los paparazzi, que buscaban fotografiar hasta el mínimo detalle de una pareja de adolescentes.
Dos años después, en noviembre de 2012, rompían por primera vez debido a la diferencia de edad y los problemas de confianza. 2013 supuso un año de idas y venidas para dos protagonistas que eran demasiado jóvenes para entender todo lo que estaba pasando a su alrededor.
A finales de 2014 Jelena no existía, al menos, para Gomez y Bieber. El cantante fue fotografiado con diferentes mujeres y dejó de seguir a la actriz de Los Magos de Waverly Place en Instagram –señal de ruptura en una relación del siglo XXI–. En 2015, Jelena volvía a la acción pero tomaban caminos separados meses después. Durante aquel mismo año, Bieber y Hailey también mantuvieron una relación. En enero de 2016 Bieber confirmó en sus redes sociales su relación con Baldwin y de nuevo rompían en agosto.
Tras unos años alejados el uno del otro, en 2018, Gomez y Bieber fueron vistos juntos en unas imágenes en las que se paseaban en bicicleta por la ciudad de Los Ángeles, lo que suponía una nueva oportunidad entre los cantantes. Al menos, así fue interpretado por los fans de Jelena. En marzo de dicho año ponían punto final a la relación.
En julio, Bieber se comprometía con Baldwin y dos meses después se casaron. Un matrimonio que despertó todo tipo de críticas por su premura y cercanía con otras relaciones –Baldwin fue vista con el cantante Shawn Mendes entre los meses de octubre de 2017 y mayo de 2018–.
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El conflicto viene justo de este período turbulento en el que, a juzgar por las fechas, la relación entre Bieber y Baldwin y Bieber y Selena Gomez pudo haberse solapado. Esto dio alas a los fans de unos y otros, que llevan años tratando de enemistar a dos mujeres que hace tiempo que pasaron página. En realidad, todo son elucubraciones: la verdad de los hechos solo pertenece a la intimidad de los tres protagonistas.
Esto es lo que ha confirmado ahora Hailey Bieber en Call Her Daddy: «Cuando él y yo empezamos a liarnos o cualquier cosa, él no estaba en una relación, en ningún momento. Yo nunca haría eso. No es mi carácter meterse en la relación de alguien. Simplemente nunca haría eso», explica la modelo con seguridad sobre su relación con Justin y en contra de todas las interpretaciones que se han hecho. Con esta respuesta, Hailey se quejaba de la etiqueta de “roba novios” que se le asignó en 2018. Ella misma denunciaba a continuación el acoso mediático al que se ha visto sometida por parte de los medios y los fans.
«Todo es respeto entre nosotras», añadía cuando la entrevistadora hace referencia a su relación con Selena Gomez. «Todo es amor. Ni Justin ni yo, le debemos nada a nadie, lo único respeto. Yo la respeto”. Para confirmar su versión, Selena colgaba días después en su cuenta de TikTok un vídeo que, sin hacer mención explícita a Bieber, podía leerse como tal. «No es justo, a nadie se le debería hablar de la forma en que yo he visto», confesaba la cantante, que afirma haber leído cosas «repugnantes» dedicadas a la relación de su expareja y Hailey.
Todo hubiera sido mucho más fácil si se hubiese aceptado que las cosas podrían haberse hecho mejor pero no se hicieron, ya fuera fruto de la inmadurez de Bieber o de los problemas por los que atravesaba el cantante en aquel entonces. Sea como fuere las que continúan hoy en día pagando el precio de haberse enamorado del mismo chico son ellas. Hasta el punto de que el odio que recibieron ambas las ha llevado a tener que cerrar sus cuentas en redes sociales en más de una ocasión, tener que limitar los comentarios en Instagram, y a tener que estar aclarando que su comportamiento no va ligado a los de la otra en los diversos medios. Las dos han hecho pública su lucha con la salud mental a causa de la repercusión y acecho diario que llevan padeciendo desde que iniciaron sus respectivas relaciones con Bieber.
Pese a los constantes esfuerzos por enemistarlas, tanto la actriz como la modelo, han demostrado ser mejores que las críticas que las rodean y han evidenciado que entre ellas la enemistad es inexistente. Además, han afirmado varias veces no sentirse cómodas viendo que se las enfrentan continuamente.
La pregunta que queda no va dirigida a las artistas: ¿por qué si ellas han pasado página siendo las protagonistas de todo, Internet es incapaz de superarlo de una vez por todas?
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