En la escena musical urbana, donde las fórmulas suelen repetirse, Roby Damian emerge con algo inesperado: el reggaetón cute. Con solo 21 años, la artista mexicana lanza «Kyoto,» una pieza que captura su estética visual y auditiva única,con una conexión directa al pop alternativo y los tintes nostálgicos de los 2000. Roby ha conseguido que el género suene tierno y a la vez potente, y lo convierte en su vehículo personal para explorar la vulnerabilidad y la libertad creativa.
“‘Kyoto’ es un sueño,” explica Roby. “Es una situación ficticia, la primera que escribo que no necesariamente me pasó en la vida real, aunque tiene unas partecitas reales que prefiero mantener privadas.” En el videoclip de la canción, Roby se sumerge en un ambiente frío, oscuro, en lo que parece ser un castillo; un contraste fascinante que combina visuales inspirados en el dreamcore con el ritmo del reggaetón mexa que ella ha bautizado como “cute”. La narrativa habla de una relación pasada que parece aún viva en sus sueños, reflejando esa atmósfera nostálgica pero sin dramatismo excesivo.
Para Roby, esta etapa artística significa «ser menos cuidadosa.» Antes, explica, solía «guardar canciones en el cajón hasta que estuvieran perfectas,» pero ahora, con el reggaetón cute como su estandarte, se permite experimentar y fluir sin restricciones. “No se trata de hacer canciones cortavenas. Podemos escuchar música divertida, y eso es justo lo que quiero que la gente sienta con ‘Kyoto’: que la música no siempre tiene que ser profunda para disfrutarse,” menciona.
Aunque la diversión y lo «cute» son la esencia de su proyecto actual, Roby insiste en que su arte va más allá de esta etiqueta. Con un bagaje musical influido tanto por íconos del pop mexicano de los 2000, como Belanova, y la herencia reggaetonera que vivió en Colombia debido a sus raíces familiares, su música es un cruce auténtico entre nostalgia y modernidad. “Para mí, el reggaetón cute es como si Belanova cantara una canción de Feid. Quiero que suene divertido, pero sin perder ese toque tierno y alternativo.”
«Kyoto» es un reflejo de la evolución de Roby en su joven carrera. Desde su debut con el multitrack Pastel Para Dos, donde exploró temas más sentimentales y complejos, hasta el lanzamiento de este nuevo sencillo, Roby parece haber encontrado su nicho: música que juega con conceptos profundos, pero sin la necesidad de pesarlos de drama. Es música hecha para divertirse, y «Kyoto» es la prueba de ello.
Aún con los pies bien puestos en su amor por el pop y la influencia de los ritmos latinos, Roby busca que su reggaetón cute hable por sí solo, sin verse limitada por las convenciones del género. “A veces se siente como si todos estuviéramos tratando de hacer algo súper profundo o con significado, y eso está bien. Pero a veces solo quiero escribir sobre un sueño loco y hacer que la gente lo disfrute, sin más,” comenta, con la convicción de alguien que sabe que su camino apenas comienza, y que se niega a conformarse con lo obvio.
Con «Kyoto,» Roby invita a sus oyentes a sumergirse en su universo de sueños, sintetizadores y ritmos urbanos: un espacio donde el reggaetón no solo es para bailar, sino también para imaginar y reír, quizás en un castillo gótico, bajo la luz fría de la noche.
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