Lo que para muchos es una oportunidad de restaurar el arte que se perdió con los años, para otros simplemente es una forma de deteriorarla
Las obras ‘Medicina’, ‘Jurisprudencia’ y ‘Filosofía’ de Gustav Klimt fueron destruidas durante un incendio en 1945. El único vestigio que quedó de ellas fueron algunas fotos en blanco y negro y hay quienes creen que la inteligencia artificial es la herramienta perfecta para traer de vuelta estas pinturas.
De hecho, Google Arts and Culture y el Museo Belvedere, de Austria, reconstruyeron estas piezas perdidas utilizando inteligencia artificial (I.A.). Pero este acto ha generado un intenso debate entre los entendidos del arte en el mundo.
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Ciertamente, la reconstrucción de las obras de Klimt fue desarrollada con ‘machine learning’, es decir, un algoritmo que “aprendió” a partir de las imágenes en blanco y negro, un fragmento de color que se preservó de ‘Medicina’ y con decenas de imágenes de las pinturas de este autor.
Los programadores también alimentaron la I.A. con información como descripciones del color verde esmeralda del cielo en ‘Filosofía’. En ‘Jurisprudencia’, optaron por un fondo rojo, después de que encontraron una crítica en la que se decía que la obra tenía los colores de la bandera alemana.
Muchos recibieron positivamente el trabajo de reconstrucción, pero a otros no les gustó el uso de esta tecnología en el arte porque dudan que el resultado se asemeje a las piezas originales.
La restauración de las obras de Klimt ha generado opiniones dividas
Jane Kallir, directora de la Galerie St. Etienne en Nueva York, fue una de las más críticas sobre esta iniciativa de replicar las obras de Klimt y otros autores con inteligencia artificial. La artista y curadora de arte dijo que el resultado es más cercano a los dibujos animados que a las obras originales.
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«Estas cosas parecen dibujos animados. No se parecen a las pinturas de Klimt», manifestó en The Washington Post. «Es como la gente que intenta clonar a sus perros. Puedes hacerlo, pero no es el mismo perro».
En contraposición, George Cann, cofundador de Oxia Palus, se muestra positivo a que la inteligencia artificial nos brinde un mundo artístico que el destino nos negó por múltiples circunstancias.
«La inteligencia artificial podría darnos este universo alternativo, paralelo, de arte que nunca tuvimos del todo», dijo para el mismo medio.
Ésta no es la primera vez que una inteligencia artificial es utilizada para reconstruir obras de arte. El Rijksmuseum, en Amsterdam, reconstruyó partes faltantes de la “Ronda Nocturna” de Rembrandt. Dos investigadores británicos que fundaron una empresa de restauración de arte con tecnología también rehicieron una pieza de Picasso que estaba oculta bajo un cuadro original.
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