‘El juego del calamar’ es un fenómeno mundial con más de 111 millones de espectadores. Sin embargo, hay detalles curiosos que no percibe el ojo común.
(Alerta de Spoilers)
El jugador número 1, ‘Oh Il Nam’, era el host, el maestro detrás de todo el juego. Este es uno de los más grandes plot twists de toda la serie, pero dejan varias pistas que solo los más atentos captaron.
Por ejemplo, en el juego de las canicas, el vecindario que estaba planteado en escena era muy parecido al suyo cuando era pequeño, esto lo ocultaron con el hecho de que «estaba senil», pero nada estaba más lejano de la realidad.
También que sea el jugador número 001 y no haya otros jugadores de edad avanzada, es en sí una pista de algo raro.
Una de nuestras escenas favoritas es cuando él explica la ciencia del juego de la soga, pero también era una pista, pues poseía gran conocimiento respecto al juego.
También se estaba divirtiendo en exceso en el primer juego, ‘Luz roja, luz verde’, a pesar de toda la violencia sucediendo a su alrededor.
En ese mismo juego, la niña robótica no lo escanea como jugador y su nombre, traducido al inglés, significa Number One Man (hombre número uno). Por si fuera poco, cuando montan a los jugadores en las camionetas, él es el único que no es sometido al gas que los desmaya.
Otra pista importante, tiene que ver con la sedienta búsqueda de los personajes por saber cuál sería el próximo juego al que se enfrentarían, con toda la razón de querer saber.
Resulta que en la gran habitación en la que dormían, se pueden ver dibujos de niños jugando varios juegos, que son todos los que hacen en ‘El juego del calamar’.
Otros personajes notables de la serie son los empleados que dirigen a los jugadores en su destino, uniformados de rojo.
Con varias formas geométricas en las máscaras que ocultan su rostro, todas guardan un significado: los círculos son trabajadores, los triángulos representan soldados y los cuadrados representan a los managers.
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Además, la forma de las máscaras y los papeles que tenían jerárquicamente son una referencia a las hormigas y a su vida en colonia.
El guionista y director de la serie, Hwang Dong-hyuk, visionaba los uniformes de los jugadores como unos uniformes de colegio, basados en los suyos propios de la infancia.
Como estos tenían shorts, decidió quedarse con el traje deportivo verde, también por ser un color que ayuda a que el rojo de la sangre resalte en pantalla.
La serie, alabada por su producción y escenografía, cuenta con impresionantes sets construidos de verdad y poco uso de efectos especiales.
En el juego de ‘Luz roja, luz verde’,también se construyó a la niña robótica y contó con 456 actores en escena, que es a nivel de producción una absoluta locura. Nunca introdujeron digitalmente ningún actor, cosa poco común en este tipo de producciones.
Hay una teoría que establece que si ‘Gi-Hun’, al conocer al hombre misterioso que lo invitó al juego, hubiese escogido la carta roja en vez de la azul, hubiese sido un guardia.
Se dice esto ya que nunca se aclara como reclutan a estos empleados y al final, son tan prisioneros como los jugadores. Viven en celdas y son asesinados por cualquier error.
El final abierto, también deja dos variantes posibles: que ‘Gi-Hun’, el empático protagonista, quiera venganza por las injusticias o que él mismo se apodere del juego.
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