A la hora de embarcar un avión, son muchos los que desean sentarse junto a la ventana para disfrutar de la vista de cada ciudad o los picos de las montañas. Pero muy pocos se preguntan por qué las ventanas no tienen una forma cuadrada.
Esta no sería una elección relacionada con la estética o diseño. Se debe a una importante innovación de seguridad que impiden tragedias en pleno vuelo.
Su forma hace posible que hoy podamos viajar en consecuencia a la evolución de los aviones comerciales a mediados del siglo pasado, el objetivo era buscar mejorías para hacer que los viajes fueran más rápidos y se pudiera ascender a una mayor altitud.
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Las ventanas cuadradas no resisten la presión interna cuando una aeronave asciende, provoca es que se ejerza mayor presión sobre las esquinas agudas. A diferencia de las de forma ovalada, esta presión fluye suavemente alrededor de la cristalera. Esta innovación mantuvo la certeza de no producir el estallido y rotura de la ventana.
Hace unos años, específicamente en 1950, tres aviones de Havilland Comets, se estrellaron y provocaron una tragedia aérea con 43 fallecidos. El motivo de este accidente residía en las ventanas, pues su diseño no era adecuado para resistir la presión.
Los ingenieros pasaron por alto el defecto de diseño crucial. A partir de esas catástrofe, se ponen siempre ventanas ovaladas en las aeronaves.
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