Kai Landre es un artista cyborg. Desde pequeño siempre sintió una especial atracción por el cosmos, una pasión que le llevó a diseñar un sexto sentido tecnológico que le permitiera que el espacio pudiera viajar hasta él. Desde entonces no solo percibe los sonidos disonantes que provocan los choques de partículas espaciales sino que, además, es capaz de convertirlos en melodías musicales con las que pretende abrir un nuevo camino dentro de la industria.
¿Qué significa ser cyborg para ti?
Ser cyborg es una identidad. Yo empecé a sentirme cyborg en el momento en el que comencé a diseñar mi sentido y fue porque por primera vez contemplé vivir de una forma que estaba exenta de los constructos que nos hacen creer que son reales. Vivimos en un planeta gobernado por sistemas y políticas que nos encarcelan perceptivamente. Nuestros cinco sentidos se encuentran en constante estímulo y eso nos obliga, inconscientemente, a formar parte de la realidad en la que quieren que nos encontremos. Ser cyborg me hizo sentir que ya no formaba parte de ese sistema de sentidos en el que nos tienen encarcelados.
¿Por eso decidiste conectarte a una máquina?
Cuando era pequeño empecé a interesarme por el espacio. Siempre me ha atraído mucho la magia y después de leer un libro sobre el cosmos sentí que por fin la había encontrado. Los astros me parecían conjuros flotantes y eso me maravilló. Poco a poco fui estudiando más sobre ello hasta empezar a soñar con poder salir del planeta para verlo con mis propios ojos. Hasta que un día conocí a Neil Harbisson y a Moon Ribas, los primeros cyborgs reconocidos del mundo y fundadores de la Cyborg Foundation. En seguida me preguntaron si había pensado en crearme un sentido. Entonces me di cuenta. En vez de ir al espacio podía hacer que el espacio viniera a mí.
¿Cómo funciona técnicamente este sentido?
Actualmente todavía no es un implante pero lo será. De momento es un exo-sentido llamado ‘’Cosmic Sense’’ que me permite escuchar las melodías del cosmos. El funcionamiento es bastante simple. Cuando un rayo cósmico (que son partículas que salen disparadas de agujeros negros y supernovas) cae encima de mi sentido, este lo recibe y lo traduce a su nota musical correspondiente según una escala que creé de 127 tonos. Además, estos sonidos me llegan a la cabeza por una diadema de conducción ósea que me permite escucharlos sin la necesidad de tapar con audífonos.
¿Cómo viviste el proceso de transición?
Al principio fue bastante extraño. De repente la realidad no me parecía real. Todo lo que antes consideraba una verdad absoluta desapareció y, además, ninguno de mis amigos cercanos podía entender la sensación que estaba experimentando en ese momento. Eso me unió mucho a compañeros cyborg que ya habían iniciado el proceso antes que yo. El proceso duró unas semanas hasta que luego, de golpe, lo sentí como parte de mí y no me volvió a molestar nunca más.
¿Cómo transformas lo que oyes en música?
Conecto el sentido directamente a mi tarjeta de sonido hasta que encuentro una melodía que se ajusta al sentimiento que tengo en ese momento.
¿Y cómo te gusta que suene?
Pues bastante dreamy por razones obvias, ¿no? Muy electrónico, lleno de cables, pero a la vez con una harmonía muy clara. Estoy empezando a descubrir exactamente qué es lo que quiero transmitir. Al principio empecé haciendo lo que se considera música bien estructurada. Traducía los sonidos a música que luego pudieran enganchar en el mercado, que fuera un poco comercial porque también en ese momento era lo que yo consumía. Pero ahora me estoy dando cuenta cada vez más de que lo que me interesa es abrir un nuevo camino en la música. Estoy en un momento de exploración.
¿Crees que en los próximos años cada vez habrá más personas conectadas a máquinas?
Seguro. Es bastante loco porque en los últimos años cada vez hay más gente que se está creandose sus propios sentidos tecnológicos. Ahora mismo nosotros estamos trabajando con la percepción pero en los próximos años va a haber mucha más gente conectada a máquinas por motivos muy distintos, pero sobre todo médicos y de comunicación. Estoy seguro de que vamos a convertirnos en seres telepáticos gracias a una tecnología externa que todos llevaremos implantada.
¿Qué desafíos éticos se os presentan en estos momentos?
El tema de la ética es bastante complicado. Nuestra sociedad está tan marcada por los valores morales que para que se rompa esta barrera vamos a necesitar una nueva era de pensamiento que acepte el transhumanismo como una oportunidad y no como una amenaza.
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