Para conocer el origen de las vacaciones hay que remontarse a la antigua Grecia, quienes tenían una concepción parecida a nuestro “destino turístico”. A diferencia de como lo conocemos en la actualidad, estos eran lugares religiosos, fuentes termales o lugares de festivales.
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Los romanos, sin embargo, tenían otra mentalidad. Estos en vez de conocer ciudades lejanas, preferían tomar algunas vacaciones en ciudades cercanas como Pompeya donde construían ostentosas villas con áreas destinadas al entretenimiento. De hecho, unos años más tarde, el emperador Nerón se relajaba en su playa privada en Anzio cuando el Gran Incendio atacó Roma en el año 64.
Siglos después, para los europeos de la edad media, la peregrinación a lugares sagrados era el verdadero significado de turismo. Sitios como Santiago de Compostela, en el norte de España, donde se creía que estaba enterrado Santiago, era un destino favorito, solo superado por Roma en popularidad. Estos viajes brindaban todo tipo de oportunidades para mezclarse y entretenerse, algo no muy diferente a un crucero de la actualidad.
El lujo llegó a las vacaciones cuando los aristócratas europeos redescubrieron, a finales del siglo XVII, la idea de turismo con distintos objetivos: una finalidad intelectual, para adentrarse en la cultura y el arte de otros países europeos. Un ámbito social que les permitía relacionarse con la cultura de otros países y un aspecto político para entender otras formas de gobierno.
Sin embargo, hasta este punto, la idea de vacaciones era adoptada por un grupo reducido de la sociedad. Con la llegada de la industrialización y los trabajos del campo aparece una figura que tendrá mucho peso en los años posteriores: los obreros. Con ellos nace la necesidad de adoptar unas condiciones de trabajo dignas con derecho al descanso.
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Sumado a esto, la invención de infraestructuras de transporte como el ferrocarril que permitían hacer largos desplazamientos con facilidad. Esto ayudó indudablemente al turismo de masas que al principio disfrutaron las clases más acomodadas de la sociedad.
Hoy en día las vacaciones son una parte fundamental del trabajo y de nuestras vidas. Las aprovechamos no solo como una oportunidad de esparcimiento, sino también como una ocasión para acercarnos más a los nuestros y conocer el mundo entero.
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