Deshumanizamos tanto a las celebridades que muchos olvidamos lo que hay detrás del show mediático que generan los medios alrededor de su imagen
No somos celebridades, ni sabemos lo que significa ser famoso. A menos que nos lea Edgar Martínez, el protagonista del video ‘la caída de Edgar’ de 25 años y habitante de Monterrey, México.
Se sabe que muchas personalidades de la cultura pop han lidiado con problemas de salud mental, consumo de drogas, problemas legales. A veces todas las anteriores.
Pero, ¿realmente son juzgadas como lo seríamos nosotros o son ‘puestas en el paredón’ por el hecho de ser tan reconocidas?
Claro que con la fama, tu vida privada se expone al dominio público, pero nos cuesta a veces humanizar a los personajes que admiramos (u odiamos) y esperamos de ellos un comportamiento que tal vez no tenemos nosotros mismos, o nuestros seres queridos.
Por eso, en la caída que han tenido estos famosos, compartimos una cuota de responsabilidad. Lo queramos o no.
Britney Spears, execrada de las celebridades
Este puede ser el ejemplo más obvio o por lo menos, el más relevante. Se pudiera decir que el lamentable caso de una de las figuras más importantes de la música pop, es el que ha traído más atención hacia esta problemática.
No fue precisamente su fama que ayudó a la concientización, sino la precariedad de su situación.
Britney ha sido violentada económicamente (que califica como un tipo de violencia contra la mujer) por el sistema legal de Estados Unidos. Esto permitió que su padre tuviera por años una tutela que le daba el poder de controlar su vida, hasta el punto de decidir sobre su vida sexual.
Los límites y orígenes de esta sentencia son bastante cuestionables y el hashtag #freebritney lleva años andando; sin embargo, no fue hasta el trabajo de The New York Times el año pasado, sobre el caso, que el mundo empezó a prestar atención. Pero lo cierto es que Spears no tiene un año peleando por esto. Desde 2008 se ha opuesto a la medida.
Durante el año que se interpuso la tutela, la cantante atravesaba una crisis de salud mental. Los paparazis la perseguían a todos lados, esperando el momento de su próximo show.
Y nosotros estábamos ahí, esperando ansiosamente.
Kanye ‘el loco’ West
Kanye es un personaje controvertido, sin duda. Lo aman o lo odian. No hay un punto medio.
Para muchos es una persona que desagrada por sus opiniones sobre el aborto, Trump o incluso la esclavitud. Sin embargo, para nadie es un secreto que West es una leyenda del hip hop, la moda y uno de los mejores productores musicales del mundo.
También, en varios momentos ha aclarado su visión, explicando respecto el tema del aborto, por ejemplo, que su óptica es personal porque su propio padre quería abortarlo y el pensó en hacerlo con su hija. Cuestión a la que se opone, además, por creencias religiosas.
Su más reciente caída, notablemente expuesta por todos los medios, fue en el 2020, dando declaraciones estrepitosas contra Nike, Apple y hasta su propia familia.
https://www.youtube.com/watch?v=yKyhjz7CyBA
Como todo artista excéntrico, sus apariciones se hacían notar y podía sonar arrogantes, pero todo el mundo está en su derecho a tener una opinión y a poder expresarse.
En una serie de tweets, su entonces esposa, Kim Kardashian, aclaró que su pareja sufría de trastorno bipolar. Declaración que fue cuestionada, tomada a burla y tomada por muchas personas como algo poco importante.
‘La violenta’ Amy Winehouse
Amy Winehouse era una artista de otro mundo. Educada en el contralto (un estilo de canto en el que el rango vocal femenino es el más bajo posible), Amy Winehouse dejó piezas musicales excepcionales que se pasean por el jazz, R&B, soul y pop rock.
Su caída fue documentada y consumida por el público. La relación violenta con un exesposo, quien luego fue apresado (por otras razones) fue algo que los paparazzis exprimieron. Lo mismo ocurrió con la relación con su padre.
Amy tuvo problemas legales, algunos tontos como estar en posesión de siete gramos de marihuana y otros graves como golpear a una fanática por insultarla. Algo común en las celebridades que están tocando fondo.
Su vida fue más cubierta como ‘el declive de una rockstar’ que como lo que era, una persona luchando contra una destructora adicción, desórdenes alimenticios y depresión.
Tanto amigos como familiares, declararon antes y después de su muerte por sobredosis que Amy fue una persona desinteresada, amable y preocupada por los suyos.
Amy donó a múltiples fundaciones de caridad estando viva. Un amigo de ella dejó constancia a la BBC del poco interés que tenía Winehouse por ser famosa.