Por el apellido lo supones, tal vez ya lo sabías. Benito es el hijo de Gustavo Cerati, el rockstar argentino. Cuando niño, lo ayudó a escribir una letra… y no fue cualquiera.
La canción ‘Adiós’ fue un antes y un después para Gustavo y hoy es su tercera canción más popular en Spotify con casi 90 millones de reproducciones.
No es cualquier cosa, también fue junto a ‘Crimen’ y ‘Lago en el cielo’, la canción que disparó ese trabajo discográfico e hizo aún más conocida su carrera como solista. Tan respetada como cuando vocalizaba con Soda Stereo.
Hay algo en común en el trío; las tres canciones hablan sobre relaciones interpersonales.
Cerati decía que no podía parar de escribir sobre relaciones, era simplemente algo que le salía fácil y sabía que las personas conectaban con eso: en toda relación hay un conflicto y donde hay conflicto, hay una historia.
‘Adiós’ fue el tercer disco sencillo promocional de ‘Ahí Vamos’, siendo este su cuarto disco como solista. Su hijo, mientras empezaba la producción de este tema, tenía 11 años.
Según Benito Cerati, su padre no disfrutaba tanto de escribir , por eso, le pidió un día que se encerrara en su cuarto y escribiera una canción.
Así lo hizo y según Gustavo, volvió con una serie de imágenes poderosas y desordenadas. Una en específico captó su atención.
La canción para la que terminaría colaborando Benito Cerati, sin saberlo, habla de las despedidas, pero no de manera circular, como siempre: fuimos y ya no somos, lamento esta despedida.
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Lo hace desde la aceptación, el lugar al que toda ruptura ‘sana’ debe llegar. Abre con la demoledora frase compuesta por Benito Cerati: «Suspiraban lo mismo los dos y hoy son parte de una lluvia lejos».
Eso engloba lo que en esencia, quiere transmitir la canción. Aceptar el final como parte del todo, como cosa inevitable de una interacción, corta o extendida.
Recordar con cariño y seguir adelante, aprender a hacerlo es un paso gigante para cualquier persona.
La frase que antecede a la que conceptualiza el tema, para Gustavo, también es poderosa: «Separarse de la especie, por algo superior, no es soberbia… Es amor».
Hay razones mayores, que superan un vínculo y pueden romperlo, por eso también muchos relacionan esta canción con la muerte. Es parte de nuestro proceso aceptar una muerte, por muy predecible que sea.
Un último puñal es introducido en un momento de silencio, donde solo se escuchan un par de acordes punteando en una guitarra; «Poder decir adiós… Es crecer».
Ahí rompe la canción, estalla. Se va hacia arriba melódicamente y Gustavo canta de forma onomatopéyica. No hace falta decir más nada.
Cerati reveló, hace años, que esas primeras dos líneas lo dejarían inspirado para construir lo demás. Una pequeña contribución del niño de 11 años, Benito Cerati.
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