Mary Celeste, la enigmática historia de un verdadero barco fantasma

Las desapariciones, aunque extrañas, no son inusuales. Se sabe de personas perdidas, de animales desaparecidos e incluso de aviones que se esfumaron en el aire. No obstante, la historia del Mary Celeste destaca entre las demás, ya que es un verdadero barco fantasma, tan enigmático como aterrador.

¿Cuándo decimos que una embarcación es fantasma?

Los mares son inmensos e implacables, y nunca han dejado de ser peligrosos. A lo largo de los siglos, muchísimas embarcaciones han desaparecido en los distintos océanos del mundo. Los naufragios son la razón principal por la que una nave puede desaparecer.

Sin embargo, hay casos peculiaridades, en los que las desapariciones ocurren de la nada, y no tienen ninguna explicación razonable. Cuando esto ocurre, la embarcación perdida pasa a ser conocida como un barco fantasma.

Estos navíos suelen esfumarse con toda la tripulación a bordo, incluyendo el capitán del barco. Con el paso del tiempo, los barcos fantasmas pasan a ser leyendas, como ocurrió con el mito del Holandés Errante.

Sin embargo, también hay momentos en los que las embarcaciones regresan a puerto, pero sin ninguno de sus pasajeros. Ese fue el caso del Mary Celeste, un misterio que nunca ha podido ser explicado.

¿Por qué el Mary Celeste es considerado un barco fantasma?

El 4 de diciembre de 1872, el Mary Celeste apareció cerca del Estrecho de Gibraltar. Según su trayectoria de viaje, se cree que primero atravesó las costas portuguesas antes de aproximarse al Mediterráneo.

Esto sería perfectamente normal, de no ser por un detalle importante. El Mary Celeste se había convertido en un barco fantasma, navegaba por su cuenta y no tenía a nadie a bordo.

Además, la embarcación aún estaba repleta de artículos para el viaje. Había comida, mercancía, también agua, las notas del capitán estaban en su camarote y todo estaba en perfecto orden, descartando la hipótesis de un motín.

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No obstante, sí faltaba algo importante, uno de los barcos salvavidas del Mary Celeste. Entre los miembros de la tripulación pérdida, estaba Benjamin Bigss, el capitán de la nave, su esposa, la hija de ambos y al menos 7 marineros más.

El Mary Celeste fue transportado a puerto por el Dei Gratia, un bergantín británico. Una vez atado al muelle, empezaron las teorías sobre qué podría haberle pasado a la tripulación del barco fantasma. Se decía que pudo haber sido una tormenta en alta mar, que acabó con los pasajeros pero no con la nave.

Otras teorías, aún más fantasiosas, incluían abducciones alienígenas, enfrentamientos con calamares gigantes y ataques de piratas. Otros afirmaron que era todo un engaño, y el objetivo del dueño de la embarcación era cobrar el monto del seguro.

Sea como sea, el misterio del Mary Celeste perdura hasta la actualidad, y es uno de los poquísimos casos de embarcaciones fantasmas propiamente documentado y verificado.

¿Qué ocurrió luego con el Mary Celeste?

El barco fantasma permaneció en Europa hasta el 26 de junio de 1873, cuando regresó al puerto de Nueva York, de donde había zarpado. En ese momento, la leyenda de su tripulación desaparecida ya se había hecho conocida, varios marineros consideraban que el barco estaba embrujado y nadie quería comprarlo.

Finalmente, el Mary Celeste fue vendido por muy bajo precio a un empresario neoyorquino, quien lo utilizó para llevar a cabo viajes a la India y al Extremo Oriente. Curiosamente, estas travesías casi siempre salían mal, y nunca generaban suficiente dinero como para reponer la inversión.

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Lo último que se supo del Mary Celeste, es que terminó transportando mercancía de poco valor por el Caribe, hasta que encalló en un arrecife frente a las costas de Haití. Su último capitán fue acusado de querer hundir deliberadamente la nave, algo que en esa época se pagaba con pena de muerte.

El capitán no fue condenado, pero si perdió su reputación como marinero y falleció en la pobreza. Esta desgracia también ha sido atribuida al ‘embrujo’ del Mary Celeste.

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