Una vez más, nos encontramos aquí, al filo de un rotundo éxito o un total fracaso de la televisión: Avatar: la leyenda de Aang.
Netflix continúa apostando a las memorias más queridas de su público, ahora detrás de una de las series más aclamadas por la fanaticada y la crítica desde los 2000. Considerado por varios como uno de los mejores animes de todos los tiempos: Avatar: La leyenda de Aang (ATLA).
Su producción fue anunciada hace algunos años, entre noticias y controversias sobre el reparto, además de las decisiones creativas y narrativas tomadas para esta nueva versión.
La primera versión de Avatar: La leyenda de Aang (2005) se transmitió en Nickelodeon hasta el 2008, consistió de tres temporadas y viene de las mentes de Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko.
Con una clasificación de A, es uno de los pocos programas aptos para casi todo público que trata con temas como la guerra, el adoctrinamiento y la libertad de elección. Es recipiente de una docena de premios, y su popularidad le ha permitido el desarrollo de un universo extendido con una variedad de cómics (algunos aún en curso), precuelas, secuelas y spin-offs.
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“Avatar: La leyenda de Aang” (2024) de Netflix fue desarrollado por Albert Kim. Igualmente, es acreditado como productor ejecutivo junto con Dan Lin, Lindsey Liberatore, Michael Goi, Roseanne Liang y Jabbar Raisani.
Cuando se dio el primer anuncio oficial en 2018, los creadores originales, DiMartino y Konietzko, habían sido indicados como los showrunners y productores ejecutivos del proyecto. No obstante, lo abandonaron tan solo un año después, citando diferencias creativas, y un entorno poco alentador y negativo.
Con todo el contexto listo, por fin, podemos hablar de la primera probada del nuevo remake del gigante rojo del streaming:
Para tener un comienzo exitoso, una obra debe presentarse como tentadora, atractiva, interesante. ¿Y qué es más llamativo que te lancen, directamente, al fragor de la batalla?
La escena de apertura de esta visión renovada de “ATLA” es visualmente potente y repleta de acción. La captura de un soldado del Reino Tierra escapando de la cacería de la Nación del Fuego.
El lenguaje de cámara es dinámico y detallado, permitiendo un juego de sombras y luces contrastante. Pero, sobre todo, destacando una de las características que más se deben lucir durante las peleas: el control de los elementos.
Poco después, el cautivo es quemado vivo por una figura imponente, el Señor del Fuego Sozin, quien decide exterminar a todos los Nómadas Aire; pues allí es donde nacería el siguiente Avatar, el único maestro de los cuatro elementos y protector del equilibrio del mundo. Esta es una decisión creativa interesante, ya que la serie animada del 2005 no muestra explícitamente el genocidio de los Nómadas Aire.
Sin embargo, el show de Netflix de 2024 apuesta por iniciar con algo que solo eran flashbacks y colocarlos como el primer vistazo al mundo de Aang (Gordon Cormier), el protagonista.
Te permiten, como espectador, conocer brevemente la cultura y filosofía del Templo Aire; encariñarte con los Monjes que cuidaban y defendían su hogar y su gente. Saber acerca de Aang, su destino como Avatar y cómo se siente al respecto. Aquí es donde comienzan las primeras modificaciones importantes a la narrativa.
Aang, en esta nueva versión, al enterarse de su aplastante responsabilidad, no huye inmediatamente de esta. Más bien, se toma un tiempo para procesarlo y, al irse, aclara que solo quiere pensar un instante al respecto alejado del Templo. Esto nos presenta un Aang más serio, con una menor disposición a jugar, divertirse y disfrutar de su niñez; restándole a uno de los rasgos más importantes del último maestro del aire.
Este cambio se mantiene durante el resto del episodio, en el estilo de pelea de Aang y sus interacciones (o falta de ellas) con otros personajes. Fuera de eso, la actuación de Cormier es buena, mas puede dar la impresión de ser algo floja en ciertos momentos (sobre todo, cuando el rostro del protagonista en una de las escenas más emotivas del personaje parece haber sido animada por computadora).
Los otros dos personajes más recurrentes, Katara (Kiawentiio) y Sokka (Ian Ousley), conservan ciertos atributos de sus contrapartes animadas, pero sufren del mismo tratamiento que Aang. Katara se siente como una recreación deslavada, sin la firmeza y tenacidad que la hicieron tan querida. Sokka, por otro lado, se presenta como el chico severo y sensato del principio, con la compasión y naturaleza bromista que lo caracterizan.
Con respecto al Príncipe Zuko (Dallas Liu), llamado por muchos como el personaje favorito de los fans de “ATLA” y uno de los mejores escritos en la historia de los shows animados; es de esperarse la enorme presión que cualquier persona sentiría llevando su versión live-action a la vida. A pesar de esto, Liu, durante su corta aparición inicial en pantalla, hace un excelente trabajo encarnando las ideas y personalidad del hijo desterrado del Señor del Fuego Ozai.
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Esta es una de las interpretaciones con mayores expectativas de la serie, y el lenguaje corporal, atletismo e impetuosas expresiones del actor no decepcionan. Me atrevería a decir que, incluso, el tono de voz es similar al reconocible actor de voz original en inglés, Dante Basco.
Otra de las interpretaciones importantes del primer episodio, es la del General Iroh, tío de Zuko. De él, por ahora, no hay mucho que decir. Es difícil juzgar la actuación con las limitadas líneas que le dieron, pero me da gusto decir que algunos de los rasgos más predominantes en el personaje animado permanecen allí, como su gusto por el té, sus buenos modales y prudencia.
Los departamentos de maquillaje, vestuario y efectos visuales hicieron un gran esfuerzo por traer a la vida real las ropas, los peinados y lugares que llenaban de alma el mundo del Avatar.
La calidad en la producción de estos es obvia, se puede argumentar que las decisiones tomadas en estas áreas, hasta ahora, han sido precisas y leales al material original.
El CGI tiene una buena apariencia fotorrealista y fantástica al mismo tiempo. Aunque, diría que se podría combinar mejor con efectos especiales prácticos en ciertas partes, como el opening explicando el universo de “ATLA”, algunas peleas y la escena de Aang mencionada anteriormente.
La versión de Netflix hace su mejor esfuerzo por adaptar una serie de 61 episodios de 23 minutos, adorada por los fans y la crítica, rebosante de personajes increíbles y una rica historia, a tan solo ocho capítulos de menos de una hora.
No es una tarea sencilla, pero si el equipo detrás de ella ciertamente ha mostrado algo, es promesa. Eso. Esta primera probada es promesa. Ha logrado provocar el deseo de ver cómo enfrentan los retos más grandes que se vienen. Habrá que mantener los ojos bien puestos en ella.
El remake de Avatar: La leyenda de Aang llega a Netflix el 22 de febrero de 2024.
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