Hay una tendencia que se afianza año a año: la gente quiere informarse más y saber qué es lo que está ingiriendo y cuál es la opción más saludable a la hora de alimentarse. La gran pregunta es ¿Cómo podemos reaprender a comer? Debemos conocer el origen de lo que estamos comiendo, leer las etiquetas, buscar alternativas a las recetas que ya conocemos y sumar nuevos alimentos.
APRENDER A LEER LAS ETIQUETAS.
Cuando en el colegio nos enseñaban acerca de cómo estaba compuesta la pirámide alimenticia, sentíamos que teníamos frente a nuestros ojos una explicación muy didáctica sobre cómo debíamos alimentarnos. Teníamos muy claro que las harinas eran la base de todas las comidas, pero en los últimos años hemos aprendido que las verduras y legumbres son la base de cualquier alimentación saludable y equilibrada. Por eso ahora más que nunca debemos reaprender a comer, a buscar en las góndolas alimentos saludables y a leer las etiquetas de forma tal que entendamos qué es lo mejor para nosotros.
Las etiquetas de los alimentos nos ofrecen información valiosa, su lectura puede ayudarnos a entender qué ingerimos y a elegir mejor lo que consumimos, si se trata de una buena elección para nuestra dieta o si se aconseja su consumo moderado. Un dato que nos puede ayudar a entender lo que estamos comprando es el orden de los ingredientes en la lista. Esta es la carta de presentación del producto, y con ella podemos saber lo sano (o no) que es dicho alimento, ya que nos da pistas sobre las grasas, azúcares o aditivos que lleva. Lo que encontraremos en los primeros lugares es lo que el producto contiene en mayor cantidad. Por tanto, teniendo el ejemplo de las nuevas Tostaditas Veggie de Molinos Ala, podemos ver que en sus dos versiones su principal ingrediente es la harina de arroz y el segundo, dependiendo del sabor, es harina de arvejas o harina de garbanzo. Eso significa que son los principales ingredientes de estas tostaditas. Otra cualidad importante que tiene que tener esta lista de ingredientes es que sea corta, si contiene pocos ingredientes se tratará, en general, de un alimento poco procesado y será más natural.
Es importante entender que las calorías no son todo en un alimentos, puede suceder que a igual número de calorías, dos productos pueden ser muy distintos: uno de ellos podría ser rico en azúcares, y el otro un producto integral. Recordemos que mirar solo las calorías es un gran error. Es más útil que nos fijemos en que no lleve muchas grasas saturadas y azúcares, que suelen ser abundantes en los productos procesados. Por ejemplo, el consumo recomendable de proteínas en las comidas debe estar entre el 30-40%, pero hay que tratar de que la mayoría sean proteínas sin grasa saturada. Si lo que queremos es perder peso y grasa corporal debemos elevar el consumo a un 50% de nuestra alimentación y reducir el aporte de grasas a un 20%. Por supuesto, también hay que ingerir carbohidratos (muchos simples como verduras y frutas y, en menor proporción complejos como pan, pasta, arroz o papa). Éstos son necesarios para tener la energía suficiente para que las proteínas se incorporen en el organismo y se “fabriquen” células, tejidos, hormonas, etc. Si estuvieran ausentes no se utilizarían esas proteínas y se perderían por el riñón a través de la orina.
BUSQUEMOS PROTEÍNAS EN OTROS LADOS.
Cuando pensamos en proteínas se nos viene a la mente carne, pescado y huevos, no podemos concebir un plato que no tenga alguno de estos cómo “protagonistas”. Cuando pensamos en un plato principal solemos imaginarnos unas milanesas con algún acompañamiento, un bife de chorizo con papas, un matambre de cerdo con batatas, etc. Por nuestra influencia con la dieta mediterránea hemos ignorado por muchos años fuentes de proteínas mucho más prácticas, ricas y hasta económicas.
Entender que las proteínas pueden venir de mil lugares distintos todavía es algo que sorprende a varios. La carne cómo la única opción proteica es un mito que tenemos que terminar de derribar cuanto antes para aprender a comer con una mayor variedad. Las proteínas son nutrientes que forman los tejidos de nuestro cuerpo, como por ejemplo los músculos y los huesos. El cuerpo humano está formado en un 20% por proteínas, las estructuras de todas las células, tejidos y órganos se crean a partir de ellas, por eso son tan importantes, sobre todo en las etapas del crecimiento.
Todavía hoy dos terceras partes de la humanidad se nutren esencialmente con proteínas vegetales, con las que elaboran platos que responden a una sabia combinación proteica. Si se analizan esos platos en lugar de los alimentos aislados, la calidad de esas proteínas aumentaría notablemente. Los alimentos vegetales, además de energía y proteínas, aportan vitaminas, oligoelementos y ácidos grasos esenciales.
Las legumbres y los frutos secos son los aliados ideales para un gran aporte de proteínas, con muchos beneficios que hasta son difíciles de encontrar en la carne ya que no aportan grasas y carecen del colesterol o los contaminantes que suelen concentrarse en los tejidos animales. Las recomendaciones actuales según diversos organismos son no consumir más de 300 gr. de carne roja a la semana, por eso es muy importante buscar fuentes de proteínas que no tengan origen animal y ser creativos e innovadores con las proteínas que consumimos.
Es necesario potenciar el consumo de unas proteínas que, a día de hoy, no están suficientemente incorporadas en nuestra dieta. Debemos amigarnos mucho más con la gran cantidad de opciones de alimentos que tenemos a mano, la variedad es nuestro aliado para una alimentación saludable y los garbanzos, las lentejas, las judías, la soja y sus variables son claves para aprender a comer mejor. Los expertos aconsejan incrementar su consumo y reducir el de las proteínas animales de las que, en muchas ocasiones, abusamos. La Organización Mundial de la Salud recomienda que la ingesta total de proteínas diarias se componga mitad de proteínas de origen animal y mitad de origen vegetal. Un gesto que requiere un cambio en nuestra mentalidad y un análisis de nuestra alimentación, existen varias maneras de hacerlo, pero lo principal es educarnos y no tener miedo a probar y degustar todas las opciones que tenemos a mano.
Para cambiar nuestra mentalidad y forma de comer es importante recorrer el supermercado, no ir por los pasillos de siempre, y sobre todo mirar las etiquetas, allí vamos a encontrar toda la información que necesitamos para comenzar a comer con más conciencia. Además, ahora encontramos en las góndolas grandes aliados, productos ricos y prácticos que nos ayudan a equilibrar nuestras comidas con proteínas de origen vegetal. Las nuevas Tostaditas Veggie de Molinos Ala aportan 2,6 gr. de proteínas por porción, haciendo que la incorporación de proteínas a nuestra dieta sea mucho más fácil: en un desayuno, en una picada o en forma de snack. Reaprender a comer puede sentirse cómo un desafío, pero si aprendemos a leer las etiquetas y buscamos estas nuevas opciones que nos ayudan a comer mucho mejor nuestra alimentación puede dar un cambio rotundo en poco tiempo.
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