¿Sentís que el aspecto, la apariencia o el estilo son determinantes para conseguir o no un puesto laboral? Aún la imagen de una persona responsable, competente y profesional es aquella cuyo pelo está peinado a la perfección, no cuenta con ningún tatuaje y su vestimenta pasa desapercibida. En Linkedin nos vivimos cruzando con fotos de perfil de personas con el pelo prolijo, piel sin tatuajes y ropa de colores apagados. ¿Es realmente la única manera en la que hay que mostrarnos para el mercado laboral?
En algunos países está prohibido que un currículo incluya foto, edad o cualquier dato personal que no tenga relación con el puesto al que se postula. Más precisamente en el mundo anglosajón los currículum vitae no llevan fotos ni datos sociales que puedan llegar a predestinar a una persona para un puesto. Si la empresa llama al candidato porque le ha gustado su perfil, ya no puede rechazarlo si luego descubre que era mayor de lo que pensaba o luce un peinado considerado “extravagante”. En Latinoamérica deberíamos comenzar a sumar estas prácticas para que nadie más sienta que peligra su postulación por su edad, género o aspecto.
Parece que a simple vista una “buena apariencia” ayuda, el perfil de una persona con el pelo recogido, camisa perfectamente planchada y apenas un maquillaje sutil transmite responsabilidad para los que buscan candidatos para cubrir un puesto. En igualdad de condiciones, podría ser un valor añadido, pero lo que resulta inadmisible es poner las apariencias en el primer lugar de los criterios de selección. Ante la duda, el enfoque lógico debe ser escoger a quien tiene más talento. Se trata de incorporar al que vale, a quien aporta valor, o encaja en el perfil requerido para la función.
No debemos dejar que esto nos desanime ante la postulación a un puesto, lo que debe cambiar es el mercado laboral y las formas de búsqueda. Cuando te encontrás en la búsqueda de un puesto laboral y tenés entrevistas, el objetivo es dejar que brille tu historial académico, tu experiencia y tus aspiraciones. Independientemente de cómo uses tu cabello no tenés que dejar que eso te genere inseguridades acerca de si sos o no capaz para ese empleo. Al contrario, en varios puestos de trabajo es mucho más valorado ser genuino y seguro de uno mismo. Y ni hablar que para la mayoría de las personas usar su cabello de determinada forma les genera más confianza en sí mismos y logran desempeñarse mucho mejor. Empatizar y alentar a que las personas luzcan cómo deseen es clave para el éxito de cualquier persona.
Según la revista Forbes los hombres con pelo largo, las mujeres y hombres con pelo rizado o con rastas, las personas que conservan sus canas o tiñen su pelo de colores intensos, suelen salir de las entrevistas de trabajo preguntándose si su apariencia podría llegar a ser un impedimento para obtener el empleo.
El pelo es parte de nuestra identidad y es una forma de expresarnos, nada tiene que ver con nuestro profesionalismo y “seriedad/responsabilidad”. Los prejuicios que tienen las personas pueden hacer que mucha gente no viva su vida con libertad o trabaje de lo que quiera, y por eso es importante que destruyamos esos prejuicios cuanto antes.
Debemos sumar a estas observaciones también a la discriminación racial que sufren las personas que tienen cabello afro o crespo. Ashleigh Shelby Rosette, profesora de administración y decana adjunta de la Universidad de Duke, realizó una investigación que sugiere que las mujeres afrodescendientes tienen menos oportunidades laborales debido a su cabello. En sus palabras: “El impacto del peinado de una mujer puede parecer mínimo, pero para las mujeres negras, es una consideración seria y puede contribuir a la falta de representación de los negros en algunos entornos organizativos.” “Cuando una mujer negra elige alisarse el cabello, debe ser una preferencia personal, no una carga para cumplir con un conjunto de criterios para los cuales podría haber consecuencias adversas.”, agregó.
Pero cómo si fuera poco, también debemos cuidar lo que mostramos en nuestra piel, no es solo el cabello lo que causa angustia a la hora de conseguir o no un puesto. Los tatuajes y las perforaciones pueden generarnos situaciones incómodas en entrevistas laborales o mismo ejerciendo nuestro trabajo. Y esto nada tiene que ver con un código de vestimenta, los tatuajes lejos están del antiguo prejuicio que los aleja del concepto de profesionalismo, eso es cosa del pasado. El mercado laboral debe adaptarse con urgencia ya que es muy probable que una persona de la generación Z o Millenial que se presente a una entrevista, esté tatuada. Argentina es uno de los cinco países con más gente tatuada, el 43% de las personas tiene al menos un tatuaje, dividido por género, en el país hay más mujeres con tatuajes que varones. El 45% de las mujeres tiene uno y en el caso de los hombres, el 41%.
Con estos números más que sentirnos excluidos deberíamos abrazar nuestras singularidades y empatizar con aquellos amigos o compañeros que sufran este tipo de situaciones. El contexto no debe presionar para que “nos adaptemos” sino que este se debe adaptar a las personas y a cómo queremos vivir nuestra personalidad e identidad. Roby, marca líder en el mercado de spray, hace décadas que acompaña a las personas a dejar los prejuicios de lado. Cada día tenemos la oportunidad de expresar quién es cada uno y no tener que estar entre el “ser” y el “parecer” para “encajar” en una sociedad.