¿Alguna vez los han llamado exagerados por quejarse de una gripe? Me pasa tooooodo el tiempo. De hecho, varias veces me han dicho que “tal persona” se fracturó un brazo y no se quejó tanto como yo. ¡Pues discúlpenme por tener gripes fuertes!
A veces pienso que soy la única persona en la tierra que entiende lo que es tener gripe. Pero si están aquí leyendo esto, es porque también les ha pasado, son propensos a tener gripes dolorosamente incómodas y lo que reciben de la gente no es comprensión, sino un “ay es solo una gripe, no exageres”. Entonces, esperando conseguir un poco de empatía y que las personas entiendan lo que se siente, voy a contarles mi historia.
Me llamo Armando, tengo 31 años y mi relación más larga ha sido con la gripe. A veces se va, pero siempre sé que va a volver. De hecho, ha estado tan presente en mi vida que la gente lo nota, y dejé de ser Armando (a secas), para terminar siendo Armando Virus, Armando Gripes, o mi favorito de todos, Armando Estornudos. ¿Cómo me gané esos apodos? Fácil, así es un día en mi vida con gripe…
Me despierto antes de la primera alarma porque la carraspera en el paladar y la garganta se vuelven insoportables, gracias a que solo puedo respirar por la boca. Intento volver a dormir. Pero después de dar vueltas y vueltas en la cama, me levanto con dolor en el cuerpo, con poca energía y con la cara hinchada de tanto sonarme.
Así empieza mi día laboral. Después de un desayuno insípido (porque sí, tengo gripe) y amontonar trozos de papel higiénico en mi escritorio, entro a la primera reunión desde mi computador (gracias a Dios por el home-office). Aquí todo se pone peor, porque mantengo el micrófono apagado e intento poner mi mejor cara frente a la cámara, pero justo cuando voy a hablar, aparece un estornudo y ahí es imposible disimular la enfermedad… “Armando gripes volvió a atacar”, “le vas a pegar el virus a tu computador” “Tómenle pantallazo, tiene cara de estornudo”, entre otros chistes que disfrutan todos menos yo.
Y si creían que eso era lo peor, no tienen idea. Porque puedo manejar las burlas, lo que no puedo manejar son los ojos irritados, y menos cuando estoy todo el día sentado frente a una pantalla. Una vez me estaban dando retroalimentación de un proyecto y mi jefe creyó que estaba llorando. Lo siguiente que supe fue que me invitaron a participar en un taller de “aprender a ser receptivo”.
Pero después de compaginar el estrés del trabajo con los dolores de cabeza, escalofríos, fiebre y obvio, los estornudos, el día termina, dejándome únicamente varios pocillos sucios, en los que bebí té caliente, el cesto de basura lleno de pañuelos y trabajo que dejé pendiente para el día siguiente.
No sé por qué las personas suelen darle tan poca importancia a la gripe, o bueno, no sabía… porque un día entré a la farmacia, queriendo volver a llenar mi botiquín antigripal, y mientras hice drama porque ningún analgésico me había funcionado, me contaron un secreto mejor que los remedios de mamá. Pero en lugar de guardarlo para mí, prefiero contarles, para que los “Armando Estornudos” del mundo, puedan vivir tranquilos.
¿Conocen las cápsulas de gel? Yo tampoco sabía de ellas, pero Bayer lanzó unas que se llaman Tabcin Powergels, son pequeñas, fáciles de tomar y además, ayudan a aliviar todos esos síntomas que hacen imposible trabajar. Ahora, aunque me siguen llamando Armando Estornudos, ya no me despierta el dolor de garganta, puedo respirar bien por la nariz y el dolor de cabeza solo me ataca cuando como helado muy rápido.
Entonces ya saben, si ven a alguien que sufre de gripes fuertes, no le pongan sobrenombres, cuéntenle de Tabcin Powergels, para que los “Armando Estornudos” seamos cada vez menos.
En caso de duda, consulte a su médico o farmacéutico. Lea cuidadosamente las indicaciones del empaque.