Los seres humanos hemos intervenido nuestro cuerpo con ornamentos y pinturas desde tiempos muy remotos. El maquillaje fue protagonista en la vida de las sociedades y te invitamos a conocer su historia de la mano de Maybelline.
El ser humano siempre ha ido en búsqueda de definirse, de identificarse a través de la vestimenta, los accesorios, el peinado y por supuesto, el maquillaje. Siempre hemos buscado destacar u ocultar zonas del cuerpo, buscamos vernos bien y llamar la atención de otras personas. Esto podemos analizarlo desde un costado social y filosófico llegando a opiniones encontradas sobre la valoración del cuerpo y la sobre exigencia por estar bien (¿para quién?). Pero es innegable que la estética es parte de nuestra cultura.
Los primeros datos del uso de maquillaje son de la Prehistoria, donde usaban arcilla y, según las pinturas rupestres de la época, las mujeres del Paleolítico coloreaban con marrón rojizo diferentes partes de su cuerpo. Las imágenes del antiguo Egipto son reconocidas por el delineado de ojos de Cleopatra. ¡Pero todos los hombres y las mujeres del antiguo Egipto pintaban sus ojos con polvos negros y verdes! Además de darles protección solar, creían que ese maquillaje les protegía también de las enfermedades.
Si nos situamos en el siglo XX, el maquillaje tuvo muchísimos estilos, llegando hasta combinarse con postizos de pestañas en los 60s, brillos en los 80s e infinitas técnicas que ya no solo quedan en el mundo profesional sino que llegan a nuestras casas a través de los hacks de maquillaje y beauty tips de TikTok e Instagram.
Y cuando creíamos que lo habíamos visto todo, llegaron los maquillajes virtuales. Y llegaron para quedarse. La pandemia aceleró algunas cuestiones de la virtualidad a la vez que los challenges en redes sociales y los tips de maquillaje son hoy de los contenidos más consumidos por mujeres.
Así es que una de las cosas que más sobresalió en la pandemia fueron las reuniones por videollamada. Reuniones familiares, cumpleaños, meetings de trabajo, citas ¡hasta bodas! que se dieron en aislamiento e hicieron que el espacio del hogar se re pensara. Nuestra sala de estar se convirtió en oficina y el fondo visible de la pantalla podía ser tanto una pared blanca como el sofá con ropa para doblar encima; o bien (para los más aplicados) un rinconcito tipo aesthetic para dejar listo una vez que la cámara web se prendiera.
Si bien la virtualidad mermó muchísimo, el empleo remoto y las reuniones por videollamada son cuenta corriente y siguen resultando una herramienta cómoda para las personas. Es por ello que Maybelline dio en la tecla de lo que faltaba: un maquillaje virtual para estar maquillada cuando inicies tu sesión en la app Teams. Sí, como lo lees: no necesitas más ese tiempo extra de tu mañana para maquillarte antes de verte en el grupo de trabajo, por ejemplo, porque Maybelline ya lo hizo por tí.
El futuro llegó. Todo nuestro tiempo está entrelazado por costumbres que solamente fueron actualizadas. Seguimos usando delineadores y arcillas, queremos impactar y resaltar lo mejor de nosotras. Sin embargo, es bueno repensar la función del maquillaje para que, además de su uso “corrector”, podamos tenerlo para resaltar aspectos imperfectos. Mucho de lo que hoy debemos valorar como mujeres es el camino allanado en cuanto a diversidad de bellezas y, como suele decirse, siempre menos es más.
Descrubre el maquillaje virtual de Maybelline en la app de Microsoft Teams Corporativo.
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