Sabemos que estando metidos de lleno en el proceso creativo, mirar cara a cara a una página en blanco que te grita sin cesar «no vas a tener ninguna idea» es terrible. Ese sentimiento de bloqueo que te petrifica, te seca la boca y hace que pienses en dejarlo todo para ponerte a ver videos de Youtube.
¡Pero que no cunda el pánico! No vamos a permitir que nada ni nadie nos impida seguir creando. Por eso, existen algunos truquitos que pueden ayudarte a refrescar las ideas y a que nada te frene cuando estás disfrutando de tu momento creativo.
Así que, de la mano de #BlondbyGrolsch, te traemos algunos consejos para que le digas a esa estúpida página que se calle.
1.
Deja que te invada el flow
Con este punto no voy a descubrir América, pero es importante decirlo: DEDÍCATE A LO QUE TE GUSTA. Así en mayúsculas.
Cuanto más te guste lo que haces, mejor te lo pasarás creando y menos páginas en blanco verás. De esta manera, podrás llegar a un llamado estado de «flujo» en el que todo saldrá prácticamente solo. Así que, literalmente, go with the flow.
2.
Duérmete una siesta
¿Nunca has tenido esa sensación de acostarte y verte capaz de volver a inventar la bombilla? Dicen que en estos estados de relajación es cuando más creativos estamos debido a que nuestro cuerpo libera dopamina.
Por lo tanto, no te cortes y apunta la siestita como un momento más en tus horas dedicadas a la creatividad (y si no funciona mírale el lado positivo, dormir un rato nunca viene mal).
3.
Desconcéntrate
Me apuesto algo a que es la primera vez que te dicen que desconcentrándote serás más productivo. Y sí, tiene más sentido del que crees.
Puede parecer una contradicción, pero cuando tu mente no está centrada en una sola tarea es cuando sus limitaciones desaparecen. En estos momentos nos da por pensar en cualquier cosa y gracias a eso puede que nos encontremos con una idea brillante. Así que chill out y deja que tu imaginación vuele.
4.
Dedícate al collage
En los tiempos que corren está muy bien especializarse en una cosa (de hecho es vital ser «maestro» en algo), pero también debemos tener la mente abierta a explorar otros campos artísticos. Con pedacitos de inspiración de aquí y de allá seguro que te va a ser mucho más fácil encontrar ideas originales. Además, ¿quién le dice que no a un buen remix?
5.
No tengas miedo a volverte loco
Lo primordial para estimular nuestra creatividad es librarnos de esa vocecita que nos dice que la idea que acabamos de tener es una idiotez. En algún sitio leí: «El miedo ha frenado más sueños que el fracaso». Ok, la frase es tan inspiracional que da un poco de asco, pero razón no le falta.
En resumen, déjate llevar. No tengas miedo a equivocarte o a que te digan que no a una idea, porque a veces lo que por miedo crees que no vale la pena puede ser algo increíble.
6.
Sé ordenado, pero tampoco demasiado
En todo proceso creativo que se precie debe haber un método, un mínimo de orden que nos ayude a agilizar nuestro trabajo. Pero todo el mundo sabe que al artista no se le pueden poner cadenas.
Demasiadas reglas harán que nuestra creatividad se ahogue, así que deberías encontrar ese puntito de equilibrio entre orden y desorden. Sé ordenado pero tampoco te pases.
7.
Da un paseíto
Sal a la calle y empápate de tu ciudad. La inspiración se encuentra en los sitios más inesperados y siempre tienes que estar alerta. Nunca pares de crear.
Una buena idea es llevar siempre una libreta para apuntar todo lo que se te pueda ocurrir o tener el celular a mano para poder sacar una buena foto a un graffiti, a un edificio o a lo que sea que te inspire. Ve a galerías de arte, a exposiciones, a conciertos…
Convierte la calle en tu playground particular.
También puedes tomarte un cervecita que te refresque para que de verdad disfrutes mientras creas. #BlondbyGrolsch es una cerveza pensada justamente para eso: ayudarte a pasarlo bien cuando estés metido de pleno en el proceso creativo.
Así que tranquilidad, no pressure y, si quieres, pásate por el Facebook y el Instagram de Grolsch para conseguir inspiración.