Por alguna razón nuestra sociedad actual ha establecido que la masculinidad está ligada al deporte
A muchos niños desde que son pequeños se les asigna un balón de fútbol, o se les regala un aro de básquet y realmente en sí mismo esto no es negativo. Sin embargo, para muchos hombres esto puede generar complejos, o sensación de rechazo al sentir que no comparten los intereses de sus iguales. Calma, aún hay buenas noticias.
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Un número pequeño pero importante
De acuerdo a un estudio realizado por ESPN, basándose en las encuestas de Nielsen, arrojó que un 8% de los hombres que tienen un televisor en su casa no disfruta de ver deportes bajo ninguna modalidad. Esta cifra equivale a 1 entre 14 hombres.
Ya sé, te parece que es poco, pero el mismo estudio determinó que cada vez más los hombres ven menos deportes. Pues resulta que hay más espectadores “no deportivos” entre el grupo demográfico de 18 a 34 años, lo que representa el 15% entre los hombres. Mientras que en hombres de entre 35 y 54 años el número de personas que ven deportes es mucho mayor.
Otra encuesta realizada a casi cuatro mil adultos estadounidenses concluyó que el 11% de ellos no se identificaba como fanático de los deportes. Mientras que solo el 40% eran fanáticos apasionados del deporte.
Un posible componente genético
La respuesta negativa hacia los deportes puede que sea algo genético. Algunos hombres encuentran el ejercicio desagradable y poco gratificante, y los psicólogos lo definen como “respuesta afectiva al ejercicio”. En un artículo publicado en Psicología del deporte y el ejercicio, los investigadores estudiaron si existen pruebas genéticas que determinan la predisposición de las personas al deporte.
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El estudio analizó a casi 300 hermanos, entre los que estaban gemelos con carga genética muy similar y hermanos que compartían entre sí solo la mitad de los genes. Se encontró que la heredabilidad en algunos casos del agotamiento en el deporte puede llegar al 37%.
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