Una asistente de cine había comprado la pintura en una tienda de antigüedades en California, por solo 500 dólares, sin saber su origen ni valor.
Gergely Barki, investigador de la Galería Nacional Húngara de Budapest, estaba en casa viendo Stuart Little junto a su hija en Navidad de 2009.
Durante la película, un detalle llamó su atención: el cuadro que decoraba la repisa de la chimenea de la familia ficticia se parecía mucho a una obra del pintor húngaro Robert Bereny, que había desaparecido de la escena pública desde 1928.
Barki identificó la pintura como ‘Dama dormida con jarrón negro’, una obra que conocía gracias a una fotografía en blanco y negro tomada en su última exhibición hace más de 80 años. “No solo apareció en la pantalla un momento, sino que estuvo en varias escenas, por lo que supe que no era un error”, dijo emocionado el investigador al New York Post.
La pintura fue hallada por 500 dólares y ahora se vendió por 226 mil 500 euros
En su búsqueda por descubrir cómo la pintura terminó siendo parte del set de Stuart Little, Barki inició una labor detectivesca. Envió correos electrónicos a los creadores de la película, incluidos Sony Pictures y Columbia Pictures, buscando respuestas. Finalmente, dos años después, un exdiseñador de escenarios lo contactó con información clave sobre la obra.
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Según este contacto, una asistente de cine había comprado la pintura en una tienda de antigüedades en Pasadena, California, por solo 500 dólares, sin saber su origen ni valor. Posteriormente, utilizó la obra para decorar el apartamento de los personajes de la película. Una vez terminada la producción, la asistente adquirió el cuadro y lo colgó en su propio hogar.
Incluso Barki pudo visitarla, confirmar la autenticidad de la obra y contarle sobre su importancia histórica, dejándola totalmente sorprendida.
Robert Bereny, autor del cuadro, fue miembro del colectivo húngaro de vanguardia conocido como Los Ocho, que introdujo el cubismo y el expresionismo en Hungría.
Gracias a la labor de Barki, la pintura fue devuelta a Hungría después de que la asistente la vendiera a un coleccionista de arte. Ahora, la obra fue vendida en una subasta de la casa Virag Judit de Budapest en 226,500 euros.
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