El Día Mundial del Sida se conmemora el 1 de diciembre y busca crear conciencia sobre esta enfermedad con la que viven unas 39.9 millones de personas en el mundo.
La lucha contra el VIH y el sida ha permitido lograr una reducción mundial de infecciones y muertes a nivel mundial.
Las autoridades y los científicos también han avanzado en la prevención y en la investigación de tratamientos efectivos, pero poner fin a la epidemia sigue siendo un objetivo lejano por su lento avance.
El Día Mundial del Sida se conmemora el 1 de diciembre y busca crear conciencia sobre esta enfermedad con la que viven unas 39.9 millones de personas en el mundo.
El VIH y sida en cifras
- 39,9 millones vivían con VIH en todo el mundo en 2023.
- 1.4 millones de niños tienen VIH en el mundo.
- 1.3 millones de personas contrajeron la infección el año pasado.
- 630.000 pacientes fallecieron por enfermedades del sida en 2023.
- 9,3 millones de personas no tienen acceso a un tratamiento que podría salvarles la vida.
- 570 mujeres jóvenes y niñas de entre 15 y 24 años contrajeron el VIH cada día del 2023.
Una enfermedad que retrocede en el mundo
Las infecciones por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) cayeron en 2023 a su nivel más bajo histórico, en un rango de entre 1 millón y 1,7 millones, según el informe anual publicado por la agencia ONU sida.
Durante la década de 2010, el número de nuevas infecciones disminuyó en una quinta parte en todo el mundo.
En todo el 🌎 están aumentando los ataques organizados contra los derechos.
Esto es perjudicial para las personas con el VIH o en riesgo de contraerlo y a las que temen acudir a los servicios que salvan vidas.
¡Sigamos el camino de los DERECHOS! #WorldAIDSDay2024 pic.twitter.com/xU85CXAJSh
— UNAIDS LAC (@UnaidsLac) November 27, 2024
Las cifras demuestran una notable reducción. Se estima que en el año 2.000 se registraron 2.8 millones de infecciones de VIH y desde entonces ha disminuido hasta los 1.3 millones de casos que se estimaron para el 2023.
Sin embargo, el número de nuevas infecciones por VIH va en aumento en al menos 28 países.
Las muertes, generalmente provocadas por enfermedades oportunistas cuando el sida se manifiesta en la etapa final de la infección, se redujeron en aproximadamente un 40%, y se situaron por debajo del millón anual.
De acuerdo con las cifras de la ONU, a principios del siglo se registraron 2 millones de muertes por esa enfermedad y para el 2023 la cifra de decesos habría sido de unas 630.000 personas.
Esta tendencia se debe principalmente a una mejora notable en el África subsahariana, la región del mundo más afectada por la epidemia de sida.
Pero el panorama sigue siendo desigual, ya que las infecciones están aumentando en otras regiones, como Oriente Medio o Europa del Este.
La ONU tiene como uno de sus objetivos poder erradicar la epidemia para el año 2030, pero el panorama aún es complejo porque el nivel de reducción aún es muy lento.
Los avances en la prevención y en los tratamientos
Un punto en el que coinciden los expertos en VIH es la importancia de los tratamientos preventivos, conocidos como PrEP (profilaxis preexposición).
Estos medicamentos se han convertido en herramientas cruciales en la lucha contra la epidemia.
Estos tratamientos, que toman personas no infectadas pero con conductas consideradas de riesgo, son altamente efectivos para prevenir la infección.
Los especialistas han pedido una mayor distribución de estos medicamentos para avanzar en esta lucha contra la enfermedad.
En Francia, por ejemplo, las autoridades sanitarias han incluido la PrEP como un eje central en sus nuevas recomendaciones: ya no debe estar reservada exclusivamente a los hombres que tienen relaciones homosexuales.
Para las personas ya infectadas, los tratamientos son cada vez más efectivos y cómodos, especialmente porque requieren tomarse con menor frecuencia.
Los desafíos para garantizar los tratamientos
A pesar de los avances, el despliegue de los tratamientos, tanto preventivos como curativos, enfrenta numerosos desafíos.
Este problema se registra especialmente en los países pobres, como los del continente africano, donde el costo de los medicamentos sigue siendo un problema.
Un caso controvertido ha generado debate en los últimos meses.
El laboratorio Gilead desarrolló el medicamento (lenacapavir) que promete una eficacia sin precedentes tanto en prevención como en tratamiento.
Los expertos creen que este tratamiento podría significar un cambio revolucionario, pero su costo es astronómico, ya que puede valer unos 40.000 dólares por persona al año.
Ante la presión de las asociaciones que lideran la lucha contra el sida, Gilead anunció a principios de octubre que permitiría la producción de versiones genéricas a bajo costo en los países más pobres.
Ver más: Un hombre que vivió con VIH desde la década de los 80 se curó: «Nunca pensé que viviría este momento»
Este antirretroviral podría cambiar la lucha contra el VIH y sida, según algunos estudios.
El medicamento, considerado como vacuna, solo requiere de dos inyecciones al año; lo cual es mucho más fácil de administrar que las pastillas diarias.
Además, en las pruebas como medicamento preventivo (PrEP por sus siglas en inglés) para evitar la infección, mostró preliminarmente una eficacia del 100%.
Sin embargo, las barreras no son solo financieras, especialmente en el caso de los tratamientos preventivos.
En los países en donde la homosexualidad aún es inaceptable es difícil garantizar este tipo de medicamentos debido al estigma que hay sobre este género.
«El despliegue de la PrEP en África enfrenta un desafío mayor: que las personas en alto riesgo reconozcan que están en riesgo», concluyó un artículo de The Lancet Global Health en 2021.
El mismo problema se aplica al diagnóstico que es crucial, ya que muchas infecciones se detectan en una etapa avanzada y eso dificulta tener un tratamiento más efectivo.
El avance de las vacunas contra el VIH
Desde hace varios años, la comunidad científica ha venido haciendo investigaciones para desarrollar vacunas contra el VIH, pero hasta ahora no ha arrojado resultados concluyentes.
Los trasplantes de células madre han mostrado algunos resultados, pero se trata de operaciones arriesgadas que solo son viables en casos muy específicos.
Curiosamente, los tratamientos preventivos han demostrado tener una gran eficacia y por eso muchos los consideran como una vacuna.
De esta forma, una vacuna contra el VIH se considera como el Santo Grial esperado desde hace cuatro décadas.
La dificultad para desarrollarla radica en que el VIH tiene una poderosa capacidad de mutación e innumerables subvariantes, lo que le permite eludir el sistema inmunológico.
Es por eso que este virus se puede volver invisible, esconderse en reservorios y aparecer años después en los pacientes.
Hasta ahora, los intentos de desarrollar una vacuna han fracasado.
Los científicos siguen con sus investigaciones con el objetivo de generar una inducción de anticuerpos en la persona mediante una vacuna que la proteja de la infección.