La crisis de natalidad que enfrenta China ha llevado al gobierno a poner foco en las mujeres incentivándolas a tener hijos para revertir este fenómeno social
El gobierno chino ha empezado a entrometerse de nuevo en las decisiones de las mujeres a la hora de tener hijos en medio de la crisis de natalidad que enfrenta el país.
Muchas mujeres han empezado a recibir visitas inesperadas y llamadas de funcionarios que les preguntan sobre sus planes a futuro de tener una familia o no.
Un artículo del New York Times reveló que la apuesta del gobierno ha llegado a tal punto de que varias universidades empezaron a desarrollar cursos para promover el matrimonio y la maternidad.
Todo esto viene ocurriendo en medio de la apuesta del presidente chino XI Jinping por aumentar la tasa de natalidad y contrarrestar el envejecimiento que viene sufriendo la población.
La política la promueve el Partido Comunista y muchos la califican como invasiva en la vida de las mujeres.
Por ejemplo, además de preguntarles sobre sus planes a futuro, las mujeres embarazadas tienen que registrarse en los centros de salud para monitorear su proceso.
Esto es visto con buenos ojos porque ven que el gobierno se preocupa más por su salud y también aumentó los recursos para el cuidado de los niños.
Lo cierto es que muchos creen que este tipo de intervenciones no ha sido excesiva ni ha llegado al nivel que tuvo la política de hijo único.
Una crisis de natalidad en China
La abrupta caída de la natalidad ha generado un escenario bastante complejo para el futuro económico del país. El gobierno recientemente tomó la decisión de suspender las adopciones extranjeras.
Por ejemplo, en 2023 la población china se contrajo por segundo año consecutivo, haciendo que India se convirtiera en el país más poblado del mundo.
Además, para el año pasado el número de nacimientos fue de 9,02 millones, con una tasa de natalidad de 6.3 por cada mil habitantes.
China tuvo que eliminar las estrictas políticas de control de natalidad que permitía tener un solo hijo desde 1980 por temor a tener una superpoblación.
Durante décadas, los funcionarios multaron a las parejas que tenían embarazos no autorizados y llegaron a obligar a muchas mujeres a abortar.
A partir de 2021, levantó esta normativa de hijo único y ha venido incentivando a su población a casarse y tener hijos con subsidios y todo tipo de beneficios que no han tenido éxito.
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Las mujeres y nuevas generaciones tienen una nueva visión a futuro y no contemplan tener hijos debido a sus altos costos y porque no lo ven compatible con sus proyectos de vida.
A pesar de implementar diversos programas y beneficios para estimular la natalidad, el gobierno chino no ha logrado revertir la tendencia demográfica.
La creciente edad de la población y la escasez proyectada de mano de obra joven siguen siendo una preocupación.
El gobierno ahora permite que cada pareja tenga hasta tres hijos. Sin embargo, todos los incentivos no han funcionado porque se estrellan con una nueva realidad social en los jóvenes.
Además, los expertos creen que la persistente discriminación hacia las mujeres y los altos costos de tener un hijo en este país se han convertido en los factores que desalientan a las parejas a tener bebés.
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