En medio de la lucha que tiene la humanidad para reducir la contaminación, una compañía estadounidense ha logrado fabricar productos plásticos a partir de algas.
La idea fue desarrollada Sway, una start-up estadounidense que utiliza polímeros naturales de algas marinas para crear un material que imita al plástico convencional.
«Nuestras bolsas de plástico de algas marinas son duraderas, protectoras y livianas. Pueden envasar todo, desde artículos de moda hasta cosméticos, artículos para el hogar y más», dice la compañía en su página web.
Estos productos usan una tecnología que se denomina como TPSea Flex, con la que las bolsas de plástico tienen un componente escalable que usa un recurso renovable.
Las algas marinas crecen en el océano y ayudan a limpiar los mares, equilibrar nuestro clima y a brindar un ecosistema para muchas especies de fauna y flora.
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Con esta innovadora tecnología han creado bolsas y todo tipo de envases biodegradables de un solo uso.
El material resultante es completamente libre de microplásticos y se desintegra sin dañar el entorno.
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«Las bolsas de plástico de algas marinas son compostables a nivel doméstico e industrial después de su uso, y se descomponen por completo en menos de 180 días», dijo la compañía.
Además, la empresa está explorando asociaciones para fabricar ropa y planea expandirse a otras industrias que dependen del plástico, como la cosmética.
En un mundo donde el consumo de plástico sigue creciendo, iniciativas como esta son mucho más que necesarias y bienvenidas
El plástico se convirtió en una amenaza para el planeta
El plástico ha cambiado la vida de la humanidad pero también se ha convertido en una de las mayores fuentes de contaminación en el planeta.
Todos los días estamos usando o comprando algún producto hecho con plástico. Sin embargo, nos hemos acostumbrado tanto a su uso que no alcanzamos a dimensionar el impacto que esto puede tener en el medio ambiente.
Desde un vaso, un pitillo, una envoltura o un tapabocas, nuestra vida cotidiana podría estar marcada por los plásticos de un solo uso.
Su bajo costo y su practicidad a la hora de facilitarnos nuestras actividades, por ejemplo para consumir alimentos o cargar productos cuando vamos al supermercado, hace que tengamos una gran dependencia por los plásticos.
Lo peor de todo es que solemos usarlos por tan solo unos minutos y al desecharlos de forma incorrecta estos plásticos pueden permanecer en el planeta durante varias décadas.
Se estima que cada año en el mundo se producen unos 400 millones de toneladas de residuos plásticos. En su gran parte provienen de objetos desechables que apenas se usaron por un corto tiempo.
Varios países ya han venido prohibiendo o limitando el uso de estos plásticos para tratar de ayudar a reducir los graves niveles de contaminación que se genera.
De hecho, la ONU estima que solo el 10% de los residuos plásticos que generamos se recolectan selectivamente para reciclar; mientras que un 46% terminan en vertederos, quemándose (17%) o contaminando el suelo, los ríos y los océanos del planeta.
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