El crecimiento de la población, la expansión agrícola, las industrias y el cambio climático llevarán a América Latina a enfrentar un escenario de escasez de agua
El cambio climático está afectando de diversas formas a las regiones del mundo y una de las más preocupantes será el estrés hídrico y su impacto en el consumo de agua.
América Latina ya se viene enfrentando a este problema con emergencias hídricas en México, Uruguay, Chile y Colombia en donde varias ciudades se han visto amenazadas por los bajos niveles de sus reservas de agua.
El panorama es preocupante ya que los científicos han determinado que este estrés hídrico que se genera a partir de la demanda y oferta de agua en una zona puede incrementarse con el cambio climático.
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Por ejemplo, la demanda de agua a nivel mundial se ha duplicado desde 1960 a la par del crecimiento poblacional y de las ciudades, mientras que los recursos hídricos disponibles han disminuido.
Se estima que la mitad de la población mundial enfrentará una escasez de agua dentro de 25 años.
De esta forma, se estima que América Latina podría requerir un 43% más de agua para el año 2050 necesitando casi el doble de la demanda proyectada a nivel mundial que se cree que estará en un 20 % y 25%.
El impacto de la escasez de agua también tiene unos impactos directos al aumentar las desigualdades, el hambre y la salud.
A esto se suma la pérdida de cultivos y el encarecimiento de los alimentos. Además, la generación de energía también se ve afectada debido a que es producida con centrales hidroeléctricas.
¿Por qué América Latina enfrentará este estrés hídrico?
Un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) logró establecer que son varios los factores que llevarán a América Latina a tener una escasez de agua en los próximos años.
El crecimiento de la población y la migración, la expansión agrícola y las actividades industriales son algunas de las causas que llevaría a la región a tener este escenario.
A pesar de que este fenómeno también se registrará en otras regiones del planeta, en América Latina se está produciendo más rápido.
De esta forma, el impacto del cambio climático está disminuyendo la disponibilidad de agua por el aumento de las temperaturas y las sequías.
En medio de este fenómeno las ciudades también vienen creciendo a la par que su consumo de agua agravando la situación.
En los últimos años, diversos países de la región se han visto afectados por intensas sequías.
México registró en 2023 su año más seco con sequías que afectaron al 55 % de su territorio. Además, Uruguay también enfrentó una situación similar; lo que llevó al gobierno a declarar una emergencia hídrica debido a los bajos niveles de sus reservas de agua, afectando a más del 60% de la población.
Los embalses de agua en Chile, y de ciudades como Bogotá y Ciudad de México, también estuvieron en graves niveles de sequía dejando a millones de personas en riesgo de quedarse sin agua
De esta forma, un análisis del World Resources Institute logró establecer que Chile es uno de los países con el mayor riesgo de sufrir un estrés hídrico extremo.
Se estima que para 2050 los chilenos seguirán enfrentando este escenario con un mayor riesgo, mientras que México y Perú también estarían expuestos a un riesgo alto.
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