Un estudio logró establecer que la pandemia redujo la expectativa de vida de las personas a nivel mundial teniendo un impacto mucho mayor del que se esperaba
La esperanza de vida de la población a nivel mundial se redujo en 1.6 años entre 2019 y 2021 debido al impacto que tuvo el COVID-19 en el planeta.
Un estudio realizado por Instituto para la Medición y Evaluación de la Salud (IHME) logró establecer que la pandemia tuvo un efecto más grande de lo que se pensaba en la expectativa de vida de las personas.
“Para los adultos en todo el mundo, la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto más profundo que cualquier otro evento en medio siglo, incluyendo conflictos y desastres naturales», dijo Austin Schumacher, investigador del IHME.
La investigación, publicada en la revista The Lancet, evidenció que la esperanza de vida disminuyó en un 84 % en los 204 países y territorios analizados.
Ver más: La OMS dijo que el mundo podría enfrentar una nueva pandemia y no estamos preparados
De esta forma, México, Perú y Bolivia fueron algunos de los países en donde sus habitantes se vieron más afectados.
Sin embargo, la tasa de mortalidad para las personas mayores de 15 años aumentó en un 22 % para los hombres y en un 17 % para las mujeres.
Los investigadores resaltaron que, a pesar del retroceso que representó la pandemia, las personas siguen viviendo mucho más tiempo que hace unas décadas ante las mejores condiciones de vida.
Por ejemplo, entre 1950 y 2021 la esperanza de vida promedio al nacer aumentó en más de dos décadas al pasar de 49 a 72 años.
La pandemia dejó más de 16 millones de muertos
Los investigadores también lograron establecer que el COVID-19 habría dejado 15.9 millones de muertes durante 2020 y 2021.
De esta forma, se cree que el virus provocó el agravamiento de otras enfermedades que terminaron quitándole la vida a las personas.
Esto representa un millón de muertes más de las que había estimado la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero en el análisis se pudo establecer que Barbados, Nueva Zelanda y Antigua y Barbuda fueron algunos de los países que tuvo la tasa de muertes más bajas durante la pandemia.
Además, los análisis determinó que las poblaciones de muchos países envejecidos y ricos han comenzado a disminuir; mientras que que en los países menos ricos vienen creciendo.
«Esta dinámica traerá desafíos sociales, económicos y políticos sin precedentes, como una escasez de mano de obra en áreas donde las poblaciones más jóvenes están disminuyendo y escasez de recursos en lugares donde el tamaño de la población continúa expandiéndose rápidamente», advirtió Schumacher.
Te puede interesar: