Este líder religioso supuestamente convenció a los fieles de su iglesia en Kenia de ayunar hasta morir con la promesa de que así podrían encontrarse con Jesucristo.
El líder de una secta religiosa fue acusado en Kenia por la muerte de 191 personas luego de que les pidiera hacer un ayuno hasta morir para «encontrarse» con Jesús.
Paul Mackenzie es un pastor evangélico que convenció a sus feligreses de aguantar hambre hasta morir; en un caso en el que unas 430 personas habrían fallecido siguiendo sus mensajes.
En su sermón decía que este ayuno debería realizarse antes del fin del mundo, el cual supuestamente iba a llegar en agosto de 2023.
Pero su historia empezó a llamar la atención luego de que se encontraran los cadáveres de cientos de personas, entre los que habían niños, que fueron enterrados en un bosque.
La Fiscalía de Kenia acusó al hombre de «asesinato» pero meses atrás también le imputaron los delitos de tortura, crueldad y homicidios involuntarios.
De esta forma, este exconductor de taxi fue detenido y se cree que al menos 429 personas murieron al seguir su discurso.
Cientos de cadáveres fueron encontrados en el bosque de Shakahola, cerca de la costa del océano Índico, en donde Paul Mackenzie daba su sermón.
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La BBC reveló que el pastor se defendió argumentando que cerró su iglesia en 2019 y por eso no lo pueden responsabilizar de estas muertes.
La masacre Shakahola
Las investigaciones arrojaron que la mayoría de las personas y niños murieron de hambre; mientras que algunos fueron estrangulados, golpeados o asfixiados.
Además, se descubrió que los fieles eran forzados a seguir con el ayuno aunque quisieran abandonarlo.
Este líder de la secta religiosa fue capturado en abril de 2014. Sin embargo, hasta ahora fue acusado formalmente por la muerte de 191 personas en un caso conocido como la «masacre de Shakahola».
La justicia determinó que 191 de las 429 muertes corresponden al cargo de «asesinato» y 238 a «homicidio involuntario».
Un tribunal también responsabilizó a otros 29 socios de la secta religiosa, pero estas personas negaron sus cargos. Uno de ellos se defendió diciendo que no puede ser juzgado porque es «mentalmente inestable».
El abogado de la organización religiosa, James Mouko, dijo que la justicia no puede imputar todos estos cargos porque esto es «opresivo y viola los derechos de los acusados».
El caso conmocionó al país y el Ministerio de Interior de Kenia designó a la Iglesia Internacional de la Buenas Nuevas como un grupo criminal.
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