Estoy soltera, vivo en un piso compartido y descubrir qué es lo que me da placer es lo que me ha salvado de esta cuarentena.
Durante los primeros días, sobre todo, esto de estar recluida se me estaba haciendo muy cuesta arriba. Ansiedad por aquí, ansiedad por allí, más paseos a la cocina de lo normal… Antes de dirigirme a un pozo sin fondo, me propuse sacarle provecho a ciertos aspectos.
Siempre había querido tiempo y ahora lo tenía. Ok, era un tiempo impuesto, pero lo tenía igualmente. Me paré a pensar y me dije “a ver, compartes el piso con tres personas más, estás soltera y no hay previsión de que las cosas vayan a cambiar por ahora”. La cosa es que tenía más amigas en la misma situación y pensé “oye, ¿qué vamos a hacer las mujeres que estamos solas en tiempos de coronavirus?”. Pues redescubrir nuestros cuerpos.
Esto es lo que he descubierto yo sobre mi cuerpo de mujer en tiempos de confinamiento:
1.
No gym, no problem. Siendo sinceros, lo del gym no me iba ni antes de lo del estado de alarma, así que ahora tampoco voy a fingir que me apasionan las clases de danza oriental online. Tampoco era una nutria, vamos; me gustaba salir a correr por la calle o a darme paseos de horas. ¿Solución que he encontrado? Tik Tok. Sí, sí. ¡Tik Tok! Poca broma con los challenges de la Generación Z. En esta app encuentras entrenamientos creativos que puedes hacer con taburetes, tablas de planchar (bueno, de esto tampoco tengo), mochilas llenas de libros o incluso ejercicios con papel higiénico. ¿Que cómo ha influido en mi cuerpo? En unos meses comprobaremos los resultados.
2.
Menos bollería y menos viajes a la cocina. Todos sabemos las endorfinas que nos despierta el dulce y ese hype de felicidad que nos crea. Después, eso sí, tu estado anímico cae directo a los infiernos. Mi método se basa en pensar en el recorrido al súper. Voy una vez por semana. Hago una hora de cola cada vez que voy. Solo llevo dos bolsas reciclables. Así que ¿qué es realmente con lo que quiero cargar? ¿Qué es lo que quiero llevar a casa que haya merecido esa hora de cola? Quiero cosas que después no me generen ansiedad. Prueba dos semanas a comer sano y variado y verás cómo influye para bien en tu estado de ánimo. Por lo menos a mí me ha funcionado, palabra.
3.
Llegar al clímax varias veces. Este es mi punto favorito, la verdad. Después de semanas de frustración en las que creía que mis únicas posibilidades se remitían a conocer gente por internet sin llegar a tener contacto físico (porque la cosa no está para arriesgarse), un juguetito puede ser tu mejor amigo ante el estado de alarma. Y no lo digo yo, lo dicen estudios que afirman que los orgasmos son excelentes para la salud física y mental. Además, es hora de reivindicar los orgasmos clitorianos. Muchas mujeres piensan que el orgasmo vaginal es más potente, pero los datos dicen que solo el 18% alcanza el clímax así. Juguetes como el LELO SONA 2 Cruise, un masajeador con ondas sónicas, lo desmienten. Este, además, tiene doce velocidades que se potencian contra más presión sobre el cuerpo y no hace falta ni que toque el clítoris. No es magia, promiss. Además, es waterproof (por si tienes que usarlo en la ducha para que tus compis no te escuchen, ejem) y su diseño es de silicona medio suave (reconócelo, porque lo que apetece ahora es un poco de cariño).
4.
Yoga y meditación. Siempre escuché lo de “te cambia la vida” y por fin, durante esta reclusión, he comprobado que sí, que te cambia la vida. Nunca entendí que esto de mantenerme en una misma posición todo el rato podría hacerme olvidar y focalizarme, y ahora solo puedo decir gracias, gracias y más gracias. Los psiquiatras explican que la mayoría del tiempo lo pasamos pensando en qué haremos luego, qué haremos en verano, qué haremos cuando crezcan nuestros hijos… En estos momentos de incertidumbre en los que no podemos hacer planes a futuro, el yoga y la meditación atan al presente. Recomendación 100% porque menudo gustito.
5.
Tomar el sol. Así de sencillo. Eso que llevas haciendo verano tras verano es lo que en estos momentos va a darte algo de ánimo. Y tampoco lo digo yo, lo dicen los estudios que afirman que la luz solar provoca la liberación de un semioquímico –la serotonina de toda la vida– que estimula la circulación sanguínea y refuerza el sistema inmunológico. Eso sí, para este punto debes de ser de esos privilegiados con acceso a una ventana por la que asomen rayos de luz de vez en cuando, así que si puedes, date el gusto.
Necesitamos estar bien. Buscamos estar bien. Todo el rato googleamos tips para tener menos estrés y ansiedad. Así que… ¿y si la clave está en descubrir qué es lo que nos produce placer?