Desde que el calentamiento global es un tema álgido, se ha generado una nueva sensibilidad, concientizando a las personas sobre el cuidado del planeta y el impacto que tienen sus acciones en él. Esto se ha convertido en un nuevo reto, en una nueva prioridad. Debemos hacer todo lo posible para reducir nuestra huella ambiental y frenar el cambio climático.
Hemos tomado este desafío como algo propio, algo personal. Nos han querido inculcar que nuestras acciones individuales tienen un gran impacto en el medio ambiente. Nos dicen que debemos apagar las luces que no estamos usando y que debemos gastar lo mínimo de agua al lavarnos las manos o tomar una ducha. Y sí, es cierto que todo esto puede ayudar a disminuir la huella que dejamos en el mundo, pero el impacto total es mínimo.
Por su parte, las empresas tienen mucha más responsabilidad y más peso en el daño ecológico que cualquier persona. Por ejemplo, la industria de la moda desperdicia el 20% de agua a nivel mundial y produce el 8% de los gases de efecto invernadero. Y ni hablar de los desechos. Cada segundo se entierra o se quema el equivalente a un camión de basura en ropa.
La industria ganadera genera más gases de efecto invernadero que el sector del transporte, siendo responsable de 15% de éstos. También, genera problemas como la erosión de los suelos, la extinción de especies nativas, la deforestación y la contaminación de fuentes hídricas. Para producir 1 kg de carne de vaca se necesitan aproximadamente 20.000 litros de agua.
La agricultura es otra industria que genera un gran impacto en el ambiente. Esta también es conocida por la deforestación (afectando la biodiversidad de especies), el impacto en los suelos (causando erosión y dejándolos infértiles), el desperdicio y contaminación de agua, entre otros.
La manera en que en realidad podemos cuidar el planeta es consumiendo de manera responsable. Debemos apoyar marcas y empresas que tengan conciencia ambiental y social. Esto va desde la manera en que vestimos, hasta cómo nos transportamos, nos entretenemos y nos alimentamos. Tenemos que ser conscientes de las posturas ambientales de todas las marcas que vamos a comprar, asegurarnos de que tengan una propuesta sobre el manejo de desechos que producen y que utilicen materiales reciclables.
Un ejemplo de estas empresas es Nespresso, que hace más de 30 años se propuso “crear una taza de café con impacto positivo”. Desde el año 2020, inició un programa de sustentabilidad llamado The Positive Cup, presentando a nivel mundial cápsulas hechas con 80% de aluminio reciclado. Además, también está implementando un sistema de reciclaje en el cual garantiza que todas las cápsulas puedan ser desechadas de una manera adecuada.
La empresa cuenta con más de 120.000 agricultores en 15 países. A través de su Programa AAA Sustainable Quality™ su objetivo es tener plantaciones sostenibles, protegiendo el medio ambiente y cuidando el paisaje que las rodea. Con el programa Reviving Origins se compromete a revivir cafés en peligro de extinción. Esta campaña de Nespresso también se empeña en lograr que cada taza de café Nespresso sea neutral en carbono para el año 2022.
En Argentina le han apostado al reciclaje. Nespresso cuenta con más de 110 puntos de recolección y está trabajando en crear nuevos puntos para aumentar la cantidad de cápsulas recolectadas y que más personas puedan sumarse a reciclar en todo el país.
Nestlé, la compañía de alimentos y bebidas más grande del mundo, también comenzó a ser parte del plan de reciclaje de Buenos Aires, aliándose con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. #BArecicla es un programa que concientiza a los ciudadanos sobre la importancia de tener hábitos sustentables y amigables con el planeta.
Acciones como estas y 30 años de compromiso con el medio ambiente han logrado que Nespresso sea certificada como una Empresa B. Estas empresas están orientadas específicamente a cumplir con los estándares más altos de responsabilidad social, ambiental y transparencia.
Como consumidores tenemos una oportunidad poderosa para moldear el futuro del mercado. Si queremos un mundo más verde, justo, limpio y comprometido con el desarrollo sostenible, debemos prestar atención a las compañías que comparten nuestros valores y los traducen en prácticas como las que realiza Nespresso.
Nespresso demuestra que en cada café hay un profundo cuidado, desde la semilla hasta la taza, porque siempre sostuvo que el universo del café puede ser una fuerza poderosa para el bien.