Bank Thamsongsana se enfrenta a una pena de prisión de hasta 10 años por los delitos de acoso sexual y alteración del orden público.
A finales de 2021, un trabajador de la embajada de Australia en Bangkok (Tailandia) vio algo que le llamó la atención y avisó a sus superiores. Descubrió varias cámaras instaladas en las duchas y los cubículos del baño de las mujeres. Parecía obvio que alguien las había colocado allí a conciencia para poder ver los cuerpos de las trabajadoras sin que ellas tuvieras conocimiento de ello. La información casaba con un descubrimiento paralelo unos meses antes: una tarjeta de memoria que contenía imágenes del personal femenino de la embajada.
Ahora los hechos se han esclarecido y apuntan a un culpable que acaba de ser detenido. Según informan los medios locales, un exempleado de la embajada de australiana colocó las cámaras en los baños femeninos ubicados dentro del edificio gubernamental. La Policía Real de Tailandia identificó al sospechoso como Bank Thamsongsana. Un hombre de unos 30 años que trabajó en el departamento de TI (Tecnología e información) y que se cree que tiene la doble nacionalidad australiana y tailandesa.
Si finalmente es declarado culpable podría enfrentarse a una pena de prisión de hasta 10 años por los delitos de acoso sexual y alteración del orden público.
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¿Cómo pudo ocurrir?
Además de las consecuencias punitivistas que tendrán para él, este episodio también abre muchas preguntas y preocupaciones sobre los fallos de seguridad en el edificio del gobierno. “El problema de lidiar con las amenazas internas es siempre un desafío y un problema complejo”, dijo a VICE World News Matthew Warren, director del Centro de Investigación e Innovación en Seguridad Cibernética. “Es más fácil protegerse contra amenazas externas que protegerse contra las acciones del personal de confianza. Estos últimos tienen conocimiento de primera mano de los sistemas y funciones de seguridad dentro de la embajada”.
Por ahora se desconoce cuánto tiempo estuvieron allí colocadas las cámaras, cuántas imágenes capturaron y qué se hizo con ellas. “El bienestar y la privacidad de todo el personal sigue siendo una prioridad para el departamento y continuamos brindando el apoyo necesario”. Explicó un portavoz del departamento de asuntos exteriores y comercio (DFAT) de la embajada. Pero declinó hacer más comentarios porque ser aún un “asunto legal en curso”.
Otro de los empleados ha asegurado que “el personal femenino tailandés y australiano está muy preocupado. Algunas mujeres no se sienten seguras quedándose allí. Se sienten comprometidas y amenazadas”. También está previsto que la policía hable con ellas por si en algún momento fueron conscientes de lo que ocurría o vivieron coacciones.
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